Barceloneta. Vanessa García es una con el agua. 

A los cuatro  años comenzó a nadar,  y en el agua seguirá viviendo hasta sabe Dios cuando.

“A la verdad que no me veo fuera del agua. Esto es algo que ya está dentro de mí”, dijo la nadadora a Primera Hora en medio de un reciente entrenamiento.

 García se prepara para competir desde el próximo mes de agosto en sus cuartos Juegos Olímpicos. Y si alguien cree que los Juegos en Río serán los  últimos de esta atleta de 32 años, está equivocado. 

“Me siento súper bien y ahora mismo podría pensar en una quinta Olimpiada. Me veo en Tokio 2020”, comentó. 

Sin brincar el charco a Tokio, García ya es la primera mujer  puertorriqueña en participar en cuatro Juegos Olímpicos.

“Me emociona mucho”, dijo García. “Es un privilegio. Tengo más ganas de representar  a mi País”.

Con dolor, pero con análisis crítico, García habló  de las razones para considerar mantenerse en el agua más allá de la salud y las energías con las que cuenta.

La nadadora explicó que tiene que continuar porque ve como agua estancada la natación puertorriqueña.

“Por desgracia, no he visto en Puerto Rico alguna muchacha despuntando, alguna que pueda decir ‘esta va a ser mi sustituta en las próximas Olimpiadas’. Pues quisiera mantenerme y que Puerto Rico siga teniendo representación en las Olimpiadas”, subrayó. 

“Hay mucha nadadora, pero no hay las ganas de trabajar. Es lo que más veo. Quizás veo una atleta buena, pero se quita a la vez que lo aprietas un poco en el entrenamiento. O llegan a la universidad y lo que les importa son los estudios y terminar con las Justas. Muchos quieren llegar a unas Olimpiadas, pero no quieren hacer el trabajo que hace falta”, agregó García, que  posee un bachillerato en Sistemas de Información.

En excelente condición física 

El cuerpo de García  no está haciendo agua, sino todo lo contrario. 

Físicamente, García luce en excelentes condiciones, con un torso musculoso, en forma de serpiente cobra, que hace lucir su cintura desproporcionada. Y trabaja como si tuviera 25 años;  de madrugada, tarde y noche entre la piscina y el gimnasio.

“Son los entrenamientos más fuertes que he hecho en toda mi carrera. Me ha ido muy bien. Estoy muy satisfecha con todo lo que se ha hecho, con los cambios, las cosas nuevas que hemos puesto, y sé que todo va a dar bueno resultados”, dijo.  

Sus tiempos, inclusive, han  rejuvenecido. 

En su especialidad de 50 metros libres, García hizo 25.21 segundos  en los Juegos Panamericanos Toronto 2015. Y tan reciente como en junio pasado, en un Grand Prix en California, hizo 25.37. 

Esos tiempos son mejores en comparación con los que ha registrado en las últimas tres Olimpiadas.  Hizo 25.58 en Londres 2012, 25.81 en Pekín 2008 y 26.26 en Atenas 2004.

Pero tampoco es para emocionarse,  porque de un registro de  25.07 segundos –que es su mejor tiempo– a una medalla olímpica hay un trecho. En los Juegos de Londres, la ganadora de bronce en 50 metros libres, la holandesa  Marleen Veldhuis, registró 24.39 segundos. 

García primero tendrá que  pensar en una semifinal en Río 2016, porque nunca ha alcanzado esa etapa en tres Olimpiadas previas.

Pero al hablar de medallas, de la boca de García nunca escucharán decir ‘de esa agua nunca beberé’.

“Espero mejorar mi tiempo, que es una meta que siempre tengo. Mejorando mi tiempo tengo una oportunidad real de entrar en las mejores 16 (semifinales). De ahí, quien sabe si uno se mete en las finales y logra una medalla, que es el sueño de todo atleta”.