LAKE FOREST, Illinois. Víctor Cruz bailará salsa ahora en Chicago, tras firmar el jueves un contrato por un año con los Bears.

Los Bears buscaban un receptor, luego que Alshon Jeffery, seleccionado para el Pro Bowl, se marchó a Filadelfia. Han optado por Cruz, exjugador de los Giants de Nueva York, con la esperanza de que pueda encontrar su viejo brillo y les brinde una opción fiable junto con Kevin White, otro jugador propenso a lesiones.

Cruz, de ascendencia puertorriqueña, fue un receptor temible con los Giants, a quienes ayudó en la conquista del Super Bowl. Pero varias lesiones graves lo marginaron de la actividad deportiva durante largo tiempo, y Nueva York lo dio de baja en febrero, luego de siete temporadas.

En la semana, Cruz dejó entrever que el equipo había limitado sus actividades durante la última mitad de la temporada anterior, con la intención de transferirlo.

“En la segunda mitad del año no me dieron el balón”, dijo en una entrevista radiofónica. “Y yo me preguntaba, ‘¿qué pasa?’ Luego dije, ‘ya veo, no me quieren más aquí’”.

El entrenador de los Giants, Ben McAdoo, negó que hubiera prohibido al quarterback Eli Manning lanzarle pases a Cruz.

“No hay un complot en esto”, indicó el jueves, tras una actividad de los Giants.

En Twitter, Cruz matizó después sus declaraciones.

“Amo a los @Giants”, expresó. “Me dieron una plataforma que nadie más me dio. Estoy por siempre agradecido. Nunca dije que me sabotearon, no crean en esos encabezados”.

Cruz suma 303 recepciones para 4.549 yardas y 25 anotaciones. Los problemas de rodilla y pantorrilla obligaron a que se perdiera buena parte de la temporada de 2014 y la totalidad de la campaña de 2015.

El año pasado, capturó 39 pases, incluido uno de touchdown. Fue la única ocasión en que pudo realizar su característico festejo, bailando salsa en la zona de anotación.