La historia que leerás a continuación no es una broma, repetimos, no es una broma.

Son muchos los atletas que han informado su rechazo a asistir a los próximos Juegos Olímpicos, a celebrarse en agosto de este año, en su mayoría por la desinformación que tienen a cerca del virus del zika.

El saltador británico y campeón olímpico 2012, Greg Rutherford, será uno de los atletas que dirá presente en Río de Janeiro. Pero, así como muchos otros, al parecer el miedo al zika le ha hecho tomar una fría decisión.

Varios medios internacionales, entre ellos The Guardian y la BBC, informaron que Rutherford, a manera de precaución, tomó la decisión de dejar congelada una muestra de esperma antes de partir a su cita olímpica.

Así lo informó su esposa, Susie Verril en un artículo para el periódico londinense Evening Standard.

"Nos encantaría tener más hijos y con la investigación sobre los daños a los infantes, no me gustaría ponerme en una situación que podría haberse evitado”, señaló Verril.

"Los especialistas todavía no saben los pormenores del zika, por lo que a pesar de que no hay una certeza de que Milo sea picado por el mosquito, es otra de las cosas que no queremos arriesgar", agregó refiriéndose a su hijo, por lo que tomaron la decisión de que no acompañarán a Greg a Brasil.

El mes pasado, una serie de prominentes médicos y profesores escribió una carta abierta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidiendo que los Juegos se pospongan "en el nombre de la salud pública".

A pesar de estas preocupaciones, el director de comunicaciones de Río 2016, Mario Andrada, dijo que los organizadores han sido "110% cuidadosos" y que podrían proteger a todas las personas que asistan a los Juegos.

El Comité Olímpico Internacional insiste en que no tiene planes de retrasar o cancelar los primeros Juegos Olímpicos de América del Sur.

"El virus del zika ha causado un sin fin de preocupaciones, si somos totalmente honestos," añadió Verrill, que citó varias razones por las que no viajará con Rutherford.

"Después de más de 100 expertos médicos hicieron hincapié en que los Juegos debían posponerse para evitar que la enfermedad se propagara, ese fue un gran factor para elegir quedarnos", explicó.

El Centro para el Control de Enfermedades (CDC) ha confirmado recientemente la relación entre el zika y la microcefalia - un defecto de nacimiento que se traduce en un cerebro poco desarrollado - y está estudiando su conexión con otras malformaciones.

Hasta el momento no existe ninguna vacuna que puede protegerse contra el virus.

Las autoridades brasileñas han argumentado que el riesgo de infección se reduce seriamente durante los Juegos, ya que se llevan a cabo en los meses de invierno sudamericano, cuando las poblaciones de mosquitos tienden a morir.

De acuerdo con la Secretaría de Salud de Río de Janeiro, el número de casos zika ya ha disminuido significativamente. Según sus cifras, la ciudad ha tenido un total de 26,576 casos de zika lo que va de año, con un pico en febrero de 7,232 casos. En mayo se registraron 702 casos reportados.