Franklin Gómez está viendo y gozando, desde su puesto como luchador retirado, cómo el deporte al que le entregó su alma y cuerpo, se ha convertido en el deporte individual que más personal atlético ha aportado a la delegación de Puerto Rico que sigue tomando forma de camino a las Olimpiadas París 2024, y siente orgullo por ese hecho.

“Estoy aquí celebrando el logro de los muchachos”, escribió Gómez a Primera Hora al día siguiente de que la lucha de Puerto Rico clasificara a París 2024 a tres atletas en un mismo día para aumentar a cuatro la delegación de luchadores que es al día de hoy parte de 21 atletas que están clasificados a este lunes en la mañana a las Olimpiadas de este verano.

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La lucha es el deporte que aportó mucho a la vida de Gómez. Le dio una ruta desde su cuna dominicana. Le dio disciplina, Le dio una actividad en la que sobresalió y en la que, gracias a su destaque, le dio reconocimiento, estudios y una vida profesional en la actualidad. Le dio humildad pese a lo mal que lo trató en ocasiones la política del deporte.

Gómez no lucha desde los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023, pero la lucha sigue en él por medio del trabajo que accesó como coach de la Universidad de Penn State. Gómez fue atleta destacado en la NCAA con la Universidad de Michigan State.

“Estoy en la transición, como coach en Penn State. Pero es temporero porque estoy tratando de hacer la transición al mundo de los negocios, en la rama de tecnología. Sé que puedo ser un buen entrenador, pero siento que tengo dentro de mí algo más que la lucha”, asegura.

Franklin Gómez, aquí junto a Sara Rosario, presidenta del Copur, también ganó el Gran Premio de España en 2013.  (Archivo / GFR Media)
Franklin Gómez, aquí junto a Sara Rosario, presidenta del Copur, agredeció al organismo por su apoyo.

Si fue exitoso como luchador, Gómez también debería serlo como empresario, pues es otra faceta de la vida que requiere esfuerzo, disciplina, entrenamiento, la toma de riesgos e inteligencia, entre otros elementos que comparte con la lucha.

Gómez fue medallista de plata mundial, campeón a nivel de Juegos Panamericanos, así como a nivel de Centroamericanos y del Caribe, y campeón también a nivel colegial en la NCAA. Fue olímpico en Londres 2012, así como en Río 2016, en donde la política del juego le hizo una mala jugada y tronchó su sueño de ganar una medalla de oro en lo que pudo hacer sido su mejor momento en el deporte. También fue olímpico en Tokio 2020.

No logró tanto solo, y lo agradece.

“En mi trayectoria, en el área de desarrollo, está el Comité Olímpico y Sara (Rosario), la gente de Bella International con Carlos López Lay, la gente de Universal, T-Mobile, el DRD y su programa de alto rendimiento y, bien especial, Carlos Delgado. A ese negro lo llevo en mi corazón casi como a Roberto Clemente. Pusieron todos su grano de arena en mi carrera y siempre voy a llevar eso en mi corazón como agradecimiento. Me ayudaron a mí y a mi familia”, agradeció haciendo referencia al expelotero de las Grandes Ligas y quien ha auspiciado a atletas olímpicos de Puerto Rico en su carácter privado.

Gómez dijo que no extraña la competencia, pues la lucha es un deporte rudo para el físico y que requiere la estricta disciplina de hacer peso para poder competir.

“Eso de hacer peso ya no me interesa”, dijo.

Franklin, tercero desde la iquierda, comparte aquí con la nueva generación, como Jonovan Smith, Sebastián Rivera  Ethan Ramos.
Franklin, tercero desde la iquierda, comparte aquí con la nueva generación, como Jonovan Smith, Sebastián Rivera Ethan Ramos. (Carlos Rivera Giusti)

Lo que sí extraña es la camaradería de la lucha, el viajar con los compañeros de equipo y sus coaches, como el compartir con el carismático y medallista olímpico Jaime Espinal. Extraña los acuartelamientos, las estadías, los viajes competitivos, los camerinos, las buenas y las malas en los equipos.

De hecho, Gómez recuerda que el último equipo con el que compartió fue el actual, el de los clasificados olímpicos Sebastián Rivera, Darian Cruz, Ethan Ramos y Jonovan Smith. Estuvo con ese equipo como compañero luchador desde el 2021 al 2023 y los recuerda gratamente.

“Viajé con ellos antes de retirarme. Son muchachos buenos, que están para lo de ellos, determinados en hacer un buen papel para Puerto Rico. Tienen sus personalidades y me decían ‘Franklin, no te vayas. Quédate un año más’. Y yo les decía: ‘es que ustedes llegaron ahora y yo llevo una eternidad aquí'. Ya los brazos y los pies se me están cayendo. Pero estoy alegre por su desempeño. Estoy contento porque sé que han hecho lo posible. Son guerreros”, recordó.

Gómez agregó que su experiencia con esos luchadores es la de compromiso con Puerto Rico.

“Todos estaban bien entusiasmados por luchar con Puerto Rico. Aunque han pasado gran parte de sus vidas en Estados Unidos, muchos de ellos tienen tatuajes de Puerto Rico, de sus raíces, de símbolos taínos. Están entregados. Tenían mucho entusiasmo y el amor por representar a Puerto Rico. Me compartieron que ellos hubiesen deseado haber luchado antes por Puerto Rico. Estuve en casa de Darian, con su abuela y lo que se respiraba era arroz con gandules. Apenas hablan español, pero lo que sentí fue unidad, compromiso y entusiasmo”.

Y pronosticó que, con ciertas condiciones, los cuatro serán capaces de llegar profundo en París 2024.

“Si se mantiene saludables y con el plan de entrenamiento con sus coaches (Franklin Lantigua, Arturo Yanez), con sus fogueos, van a estar ready para ganarle a cualquiera”, dijo.