Esta semana se cumple el año de lo que ha sido la mejor ubicación de Mónica Puig en el ranking mundial: el puesto 27 al que subió el 26 de agosto pasado.

Desde entonces, Puig ha ido descendiendo por el escalafón de la Asociación de Tenis de Mujeres (WTA, por sus siglas en inglés) hasta amanecer ayer, en la semana previa al Abierto de Estados Unidos, en el puesto 70.

Si bien es cierto que las clasificaciones a veces son engañosos, el descenso de Puig coincide con una temporada 2017 en que ha ganado menos juegos de los que ha perdido.

Previo al Abierto en próximos días, Puig tiene marca de 15-16. Previo a este torneo en el pasado año, Puig tenía récord de 41-20. También había jugado entonces cuatro torneos más que este año para ese periodo. 

Temporadas perdedoras también tuvo Kristina Brandi, a quien Puig rebasó con ese puesto 27 en el segundo lugar entre las boricuas mejores clasificadas en la WTA.

Brandi, quien se retiró en el 2008, contó su experiencia en temporadas de “altas y bajas” y dijo que lo ideal es mantenerse positivo. “Eventualmente, la confianza va a regresar. Hay que mantenerse positivo y hay que seguir trabajando duro, y los resultados van a llegar”, Brandi.

Brandi reveló que se la hacía difícil mantener el positivismo en temporadas de “altas y bajas”. Agregó que le ayudaba a mantener la mente positiva el recordar cuánto había logrado en su carrera. “Eso ayuda a recordar lo que uno puede dar en la cancha para encontrar el camino nuevamente. Ella (Puig) puede recordar esa gran semana que tuvo en la Olimpiada (Río 2016)”.

La semana pasada se cumplió un año de la histórica medalla de oro que Puig conquistó en Río 2016. De hecho, la boricua recordó el momento en las redes sociales.

Brandi también contó que prefería mantenerse activa en la gira en momentos difíciles, en vez de tomarse un descanso para reenfocarse.

“Uno siempre aprende de las derrotas para salir a jugar mejor en el siguiente partido. Si uno está pasando por malos momentos, entonces es cuando los campeones se crecen”, dijo Brandi.

En cuanto a su equipo de trabajo, Brandi contó que hizo muy pocos cambios en su carrera porque su padre, Joe Brandi, siempre fue la persona que la asistió en momentos difíciles. Joe fue entrenador en Puerto Rico y es reconocido por su trabajo con la leyenda estadounidense Pete Sampras.

“Ahora las muchachas cambian mucho de coaches. Eso depende de cada cual”, dijo.