Su debut en las Olimpiadas de Río de Janeiro le ha creado un “caos” que no esperaba. Sus redes sociales lo tienen loco, al punto de que ha tenido que buscar ayuda para poder mantener contacto con sus seguidores. Incluso, su novia sintió algo de incomodidad al ver los miles de mensajes románticos y hasta atrevidos en sus cuentas cibernéticas.

Pero el clavadista Rafael Quintero, séptimo lugar en la final de los 10 metros plataforma en Río 2016, tiene claras sus metas, sus prioridades y su enfoque en el deporte que le apasiona y en el que se ve triunfante en Tokio 2020.

El atleta de 22 años conversó en exclusiva para este medio y respondió a muchas interrogantes que, como un famoso en ascenso, generó a los que son sus nuevos seguidores y a los que les han apoyado desde sus comienzos.

PH: ¿Cuándo nació tu sueño Olímpico?

RQ: Mi sueño olímpico nació cuando tenía cinco años, que empecé en la gimnasia en la Escuela de los Deportes de Carolina.

PH: ¿Quién te motivó a entrar al deporte?

RQ: Mis padres, mi tío y yo mismo. Mi tío era el director de la escuela y mis papás siempre estuvieron involucrados en los deportes desde la escuela secundaria. Creo que fue algo de ambas partes.

PH: ¿Cómo te sentiste en la plataforma de Río?

RQ: Estaba bien nervioso, súper nervioso. Durante toda la semana no había sentido ningún tipo de presión, estuve bien relax en las prácticas. Pero en el momento en el que subí para la preliminar me sentí bien nervioso. Me subió la adrenalina un montón, temblando un poquito.



Asegura que representará a Puerto Rico hasta que se retire.

PH: ¿Una vez te lanzas la primera vez, cómo te sientes?

RQ: Una vez ya tiro el primer clavado, todo vuelve a la normalidad. Aunque mi segundo clavado era el más difícil de mi lista, que también estaba un poquito nervioso, pero lo estaba haciendo muy bien en las prácticas, así que no estaba tan nervioso como el primero.

PH: ¿Por qué optaste por representar a Puerto Rico y no a Estados Unidos?

RQ: Porque Puerto Rico ha sido el único país que me ha apoyado desde que empecé en el deporte desde pequeño. Nací en Puerto Rico, me crié en Puerto Rico, o sea, no había ninguna razón para que yo representara a Estados Unidos en ningún momento y no creo que vaya a pasar en ningún momento. Voy a representar a Puerto Rico hasta que me retire. Puerto Rico me lo ha dado todo, así que yo lo que quería era representar a Puerto Rico. Esa era la meta siempre.

PH: ¿Consideras que hay espacio para mejorar en la isla para poder desarrollar atletas en esta disciplina?

RQ: Sí. Definitivamente sí. Hay muchas cosas que faltan. Sí tenemos piscinas súper bonitas, y súper “functionals”, que pueden desarrollar a cualquier atleta. Pero también faltan otras cosas que son importantes para el desarrollo de un atleta en este deporte. No solamente en la piscina, sino muchas cosas que se hacen fuera de ella, que ayudan a trabajar los nervios, a no sentir la misma presión cuando se sube a la plataforma 10 metros. Que todo fluya un poco más.

PH: ¿Qué opinaron tus compañeros sobre tu actuación olímpica, cómo te recibieron?

RQ: Todos felices por mi esfuerzo. Fui de los mejores atletas que representaron a Puerto Rico, pero también a nivel universitario y en una séptima posición, mucho mejor.

PH: ¿Qué representa para ti ser el séptimo mejor clavadista del mundo?

RQ: En el momento fue una cosa espectacular. Pero, pensándolo bien ahora, el clavado es un deporte que es tan y tan inconsistente que el haber llegado séptimo lugar no significa nada. No significa que la próxima vez pueda o llegue primero, no significa que vaya a llegar último, o sea, es algo realmente no dice mucho. En el momento claro, en unas Olimpiadas, es súper brutal. Pero para las próximas competencias todo puede variar, así que la posición realmente es relativa. Aunque sí se trabaja, se entrena duro, cualquier cosa puede pasar.

PH: ¿Cómo te cambió la vida Río 2016?

RQ: Uff…jajaja…pues ha sido un poquito “estrésico” después de las Olimpiadas. Siento que tengo que estar un poquito más conectado a las redes sociales. Porque yo pensaba “ok, ya pasaron las Olimpiadas, ahora regreso, sigo practicando pero me enfoco más en los estudios y en mi carrera en mi último año, que es lo que me queda para terminar, y después vuelvo a enfocarme por completo en los clavados”. Pero de verdad que no ha sido así para nada, todavía el enfoque sigue siendo la carrera atlética. De verdad que las redes sociales me tienen un poquito loco por ahora (entre risas). También estamos trabajando un logo para hacer algo con esa parte de publicidad y, de verdad que muchas cosas han cambiado. Así que ha sido bastante significativo.

PH: Ante la noticia del apoyo económico del Comité Olímpico para tu carrera, ¿qué planes tienes en la búsqueda de auspiciadores, a parte del apoyo del Comité Olímpico de Puerto Rico?

RQ: Hemos contactado a varios, pero todavía no hay nada seguro. Pero sí vamos a seguir buscando ayuda para los próximos cuatro años.

PH: ¿Una vez te gradúes de ingeniería industrial, el plan es meterte de lleno en el deporte?

RQ: Una vez termine mi bachillerato me voy a dedicar completo a los clavados hasta 2020 (Tokio). Si aparece la oportunidad de pueda estudiar la maestría no lo voy a pensar dos veces, lo voy a hacer y entonces sigo estudiando y entrenando. Pero trabajo, por ahora no.

PH: O sea, ¿tu foco ahora mismo es Tokio 2020 y hacer una mejor actuación?

RQ: Sí. Yo llegué el 22 (de agosto) a Arizona y ya el 23 estaba en la piscina preparando clavados nuevos. O sea, que estoy enfocado ya en Tokio, para estar entre esos primeros tres. Lo que falta es pulir esos clavados nuevos.

PH: En el segundo clavado en la ronda preliminar, donde tuviste una puntuación bien alta (95) te viste muy relajado. ¿Cuál era el grado de dificultad?

RQ: Era de 3.7. Un grado de dificultad bastante alto. Para que tengas una idea, un clavado con una dificultad de las más altas fue de 4.1 y lo hizo el mexicano Iván García. Fue la única persona en todas las olimpiadas que lo hizo, es un clavado bien fácil de fallar, por eso nadie más lo hizo.

PH: ¿Cuál es tu mayor sueño deportivo?

RQ: Pues ya que llegué a las Olimpiadas y pasé a la final, ahora tengo que “move on to the next one”, y ahora mismo sería ganar una medalla, y no la de bronce o plata, yo quiero la de oro. Y sé que es posible. Solamente tengo que ser consistente con los clavados de alto grado de dificultad. Y se puede.

PH: ¿Cuál es tu mayor temor deportivo?

RQ: Quizás una lesión que no me permita entrar a 10 metros de nuevo.

PH: ¿Qué parte de tu cuerpo resiente más la disciplina que practicas?

RQ: La espalda, los hombros, las muñecas, los dedos, todo….jajaja.

PH: ¿Cómo nace ese deseo de irte a estudiar a los Estados Unidos? ¿Fue buscando una oportunidad dentro del deporte o académicamente?

RQ: Por ambas cosas. Yo crecí y estudié en la UHS (Escuela Superior de la Universidad de Puerto Rico), que estoy muy orgulloso de haber estudiado ahí, hice los amigos que tengo ahora allí. Pero sabía que no quería quedarme allá. Además mis padres me dijeron que si quería tener un entrenamiento mejor, debía hacerlo. Porque aunque en Puerto Rico hay buenos entrenadores, no tenemos las facilidades para hacerlo desarrollar un atleta de alto rendimiento. Así que esas dos cosas combinadas.

PH: ¿Qué piensas sobre la percepción de que casi eres un sexsymbol gracias a Río?

RQ: (Ríe…) No era el símbolo que quería ser, quería ser el símbolo o el ejemplo para motivarte a ti a ser un buen atleta, hacer otras cosas, pero es gracioso porque mi novia está acá conmigo en Arizona y leímos los mensajes juntos en las redes sociales, agradeciendo a las personas los mensajes de motivación e inspiración durante las Olimpiadas. Pero también había mensajes groseros de muchachas por Twitter e Instagram, que sacaron fotos de sus cuentas. No lo esperaba y no estaba muy contento con eso. Pero son cosas que pasan, que no podemos controlar y es mejor ignorarlas.

PH: ¿Pero no te causa cosquillas saber que al pararte en esa plataforma tú eras el atleta más fuerte físicamente y el más que llamó la atención, a nivel local y mundial?

RQ: (Ríe…) No me estaba enfocando en nada de eso. Y digo a veces, que el físico que tengo a lo mejor es una desventaja para el deporte que practico. Porque usualmente las personas son un poco más flaquitas, pesan menos. Pero ya, lo que tengo lo tengo y no puedo hacer más nada. Y hay que trabajar con eso y ejecutar lo mejor que pueda.

PH: ¿Cuánto pesas?

RQ: 176 libras

PH: ¿Cuánto mides?

RQ: 5’9”

PH: ¿Afecta la estatura para la plataforma 10 metros?

RQ: Usualmente sí. Claro, son 10 metros, tienes tiempo para hacer los giros y los mortales que tengas, pero sí puede afectar en la parte de la rotación. Pero creo que, más que todo, es el peso lo que más afecta.

PH: ¿Qué dieta llevas y cuál es tu rutina de ejercicios?

RQ: Ninguna dieta. (Te lo juro…jajaja). A veces me da con almorzar ensalada porque me gusta, pero si por la noche me da hambre voy a un restaurante de comida rápida y me como dos hamburgers, dos papas fritas… también me gusta mucho la comida china que tiene mucha sal y muchas calorías. No pienso en controlar eso. Lo que se me antoje me lo como. Pero hago entre cuatro y cinco horas de ejercicios al día, menos los domingos. Lo más que hago es cardio para bajar un poquito de peso y hacemos mucho ejercicio de pesas, muchos ejercicios para piernas. Además ejercicios explosivos, boxjumps y muchos abdominales. Como un montón, pero también entreno como un animal.

PH: ¿Qué es lo más que extrañas de tu país?

RQ: La comida. Acá no hay ningún sitio puertorriqueño. Lo busqué en mi primer año y el único que encontré había cerrado el día anterior. Pero mis tíos viven a 25 minutos de aquí y, cuando puedo ir ellos me hacen comida. Me gusta mucho el mofongo, arroz, habichuelas, amarillos, chuletas fritas. Eso es lo más que me gusta…jajaja.

PH: ¿Con cuánta frecuencia viajas a la isla?

RQ: Solo puedo ir dos veces al año: ocho días en diciembre y un mes en verano. Detengo el entrenamiento completamente. A mí me funciona mejor tumbar y volver a empezar.

PH: ¿Y tu novia? ¿Hay planes de boda?

Jajaja…planes de boda no. Todavía. Ella está en segundo año de universidad ahora. No, no hay planes de boda. Jajaja….

PH: ¿Regresas a Puerto Rico cuando termines de estudiar?

RQ: No sé si voy a regresar. Por ahora creo que me quedo por acá. Depende de las posibilidades de trabajo.

PH: ¿Pues te quedas allá preparándote para Tokio 2020?

Sí, claro, definitivamente. Y pienso que también habrá reuniones con gente de Puerto Rico, así que vendré, me disfrutaré unos días y regresaré.

PH: ¿Qué significa para ti decir que eres puertorriqueño?

RQ: Muchas cosas. En el deporte más. Lo que yo hice en las Olimpiadas fue para el pueblo de Puerto Rico. Quiero también que las personas se interesen en el deporte de clavados y se desarrollen en este deporte porque hay muchísimo, muchísimo talento en Puerto Rico. Yo creo tanto en el talento de las personas que hay en Puerto Rico que no sé cómo es posible que muchos de esos talentos no se hayan dado a explotar. No le estoy echando culpas a nadie, pero pienso que no tenemos (en Puerto Rico) lo que necesitamos para echar pa’ alante a esos atletas y mi actuación en esos Juegos Olímpicos es más para esos talentos. Demostrarles que sí se puede. Eso es lo que le quiero demostrar también al pueblo y a los directivos deportivos. Que hay que acondicionar y mejorar las facilidades para que los jóvenes no se tengan que ir a desarrollarse afuera.

PH: ¿Cómo te proyectas en unos 15 o 20 años?

RQ: Buena pregunta, la he pensado muchísimo. Me veo en los Estados Unidos, trabajando mi carrera. También tengo planes de tener mi propio negocio. Pero sé que parte de mí también va a querer estar envuelto en el deporte de los clavados, quizás aquí o en Puerto Rico. Pero mayormente ejerciendo la profesión. Porque ¿después de que pase qué? Pero como voluntario sí estaría en el deporte.