No es un secreto que muchos peleadores profesionales de artes marciales mixtas se dedican a tiempo completo a entrenar. Desayunan, almuerzan y cenan entrenamiento.

Pero también hay otros que persiguen un sueño en el campo laboral mientras también cumplen su ambición atlética y competitiva dentro del MMA. Sobran ejemplos en UFC como Shane Carwin y Takeya Mizugaki, quienes son ingenieros de profesión, o Rich Franklin, que ahora es maestro de matemáticas. Hasta el retirado Seth Kleinbeck labora como doctor.

En Puerto Rico, Billy Molina es uno de ellos. Él es piloto de profesión y labora como instructor de aviación en Isla Grande Flying School de día y luego de noche dedica múltiples horas a su segunda pasión: entrenar para pelear dentro de una jaula de MMA como peleador profesional.

“Es el ying y el yang de mi vida. El volar es mi parte pasiva, serena. El MMA es mi parte agresiva y competidora”, dijo Molina a Primera Hora y quien pelea profesionalmente desde el 2010 y que el próximo 27 de julio en Miami se convertirá en el primer puertorriqueño activo en el circuito de MMA local en subir a la jaula de la empresa Combate Américas para rivalizar ante el veterano argentino, Marcelo ‘Pitbull’ Rojo.

“Mi salón de clases es la cabina del avión y mi trabajo es la psicología. Tengo que hablar pausado, mover mis manos suave y mantener serenidad para darle confianza al estudiante y que no se me asuste a mil pies de altura. Lo más importante es que el estudiante esté dispuesto a escuchar y seguir instrucciones. Algunos son más receptivos y otros no te escuchan hasta que están en una situación difícil (se ríe)”.

Molina empezó en ambas facetas de su vida casi de forma simultánea. Mientras vivió por unos años en la ciudad de Orlando comenzó en Gracie-Barra Jiu-jitsu y en Muay Thai entre los 15 y 17 años, y luego a los 19 su padre le sugirió una carrera como piloto.

“Siempre fui atleta. Jugué baloncesto en Bucaplaa, Caguas Libac y Torrimar. Siempre fui bien competitivo y eso se tradujo a las artes marciales. Pero un día mi padre me confrontó y me dijo que no iba a vivir solo de ser atleta. Me sugirió que podía laborar de camionero por $2,000 al mes. Pero también me dijo que su sueño había sido ser piloto", recordó Molina. 

“Ahí me tomé un ‘shot’ (trago) con él y le dije ‘lo vamos a hacer’. Saqué todas las licencias de piloto y me tomó cuatro años hacerlo todo por el libro. Después de eso fue cuestión de ‘tonificar’ la mente, aprender a lidiar con otras personas y utilizar la psicología para enseñar".

Listo para Marcelo Rojo

En su fase de peleador, Molina tiene foja de 5-3, ganando cinco de sus últimos seis combates -tres por nocaut y dos por sumisión. “Cuando regresé a Puerto Rico y comencé a entrenar en una escuela en Luquillo y me tiraron a pelear a nivel profesional sin haber hecho peleas aficionadas y pagué el precio al perder mis primeras dos. Luego conocí a Juan Delgado, empecé en Training Zone y he ganado cinco de seis. La próxima es la más importante en Combate Américas”, dijo.

Rojo, a su vez, tiene marca de 11-4 y llegó a semifinales del programa The Ultimate Fighter Latinoamérica 3 de UFC.

“Para mí es súper emocionante esta pelea. Me encantan los retos. La jaula será grande y estaré frente a la pantalla grande. No quisiera estar en ningún otro lugar el día 27, que no sea dentro de esa jaula con Marcelo Rojo”.

“Él se cree que yo seré otro escalón más. Pero cuando me vea en el pesaje va a ver a Puerto Rico en mis ojos, las frustraciones, la situación económica, las huelgas, el trabajo duro, y el color de mi piel. Y luego eso lo va a sentir en su rostro cuando sienta mis guantes durante la pelea. Se va por nocaut”, afirmó Molina.