A pesar de que solo el 0.024 por ciento de los peleadores de UFC han dado positivo a sustancias para mejorar su desempeño o a drogas antisociales durante más de 900 pruebas antidopaje realizadas en los pasados dos años en 79 eventos, la realidad es que el reciente positivo a esteroides de la superestrella Anderson Silva y la prueba que arrojó residuos de cocaína en la sangre del campeón semipesado Jon Jones han dejado un agrio sabor en la boca a la empresa y una muy mala percepción pública.

Por ello, UFC decidió anunciar el miércoles un compromiso de no solo continuar las pruebas mandatorias que se le hacen a los peleadores luego de sus combates, sino también incrementar sustancialmente las pruebas antidopaje que se le realizarán al azar a los combatientes durante sus entrenamientos para asegurarse que no incurran en el uso de sustancias prohibidas de cara a sus peleas ni durante su preparación.

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“Dado los casos recientes de peleadores de alto calibre (que han dado positivo), vemos la necesidad de hacer algo ahora de inmediato, más que a largo plazo”, indicó en conferencia de prensa Lorenzo Fertitta, uno de los dueños de UFC. “Por el bien del deporte, de la integridad del deporte y lo que estamos tratando de hacer, hay que atender esto con urgencia”.

Actualmente, las comisiones atléticas de cada estado de Estados Unidos donde UFC se presenta tiene la responsabilidad de llevar a cabo estas pruebas antidopaje previo a cada evento. UFC las hace a través de compañías contratadas cuando realiza eventos fuera de Estados Unidos. Sin embargo, pocas comisiones realizan pruebas al azar durante entrenamiento y ahí es donde UFC intervendrá, inclusive invirtiendo millones de dólares para ayudar a estas comisiones a llevar a cabo este tipo de pruebas complementarias. 

“Puede que un peleador no esté entrenando para una pelea, pero como quiera podríamos presentarnos a su gimnasio a hacerle una prueba. Ya estamos hablando con varias agencias para saber cuántas pruebas debemos hacer para asegurarnos que nuestros atletas estén limpios”, dijo Fertitta. 

Los casos de Silva y Jones son dos ejemplos de peleadores que fallaron sus pruebas hechas al azar fuera de competencia. Jones dio positivo a cocaína en una prueba suministrada a inicios del mes de diciembre previo a su combate en UFC182 el pasado 3 de enero y Silva dio positivo a un esteroide anabólico y a una medicina para combatir el insomnio en una prueba realizada el 9 de enero previo a su pleito el 31 de enero en UFC183 ante Nick Díaz. La idea es poder hacer más pruebas de esta índole y hasta un poco más temprano en el entrenamiento para que los resultados de las mismas puedan llegar, inclusive, antes de los combates.

“Si tenemos que eliminar peleas estelares antes de un evento porque alguien da positivo lo haremos. No nos va a temblar el pulso”, dijo Fertitta, quien también dijo que solicitarán a las comisiones estatales que hagan más severos los castigos a quienes den un positivo a sus pruebas anti dopaje, pues actualmente las suspensiones fluctúan entre seis meses a un año.

“Nosotros apoyamos una suspensión (de dos años). Esta es una advertencia a los peleadores de nuestra plantilla: Serán expuestos a pruebas durante competencia y fuera de competencia, serán atrapados si están usando algo y las penalidades serán significativas”.