ADJUNTAS. Ángel Pérez es el clásico jugador de voleibol, el que va a jugar con todo a donde sea.

Tras un inesperado cambio desde su natal Guaynabo, en donde también fue parte clave de una dinastía de cinco finales corridas y dos campeonatos de los tres que ganaron los Mets en ese periodo, Pérez llegó a Adjuntas, en donde reinicia un proyecto de voleibol que tiene una incertidumbre de continuidad latente.

El domingo debutó en Adjuntas y lució con el mismo profesionalismo que demostró en sus épocas en Naranjito y Guaynabo.

“Esta es mi profesión. Vivo de esto. He vivido de esto. Le he dedicado mi vida a esto. Gracias a Dios he viajado el mundo con esto. A donde quiera que vaya voy a ir a dar lo mejor de mí. Voy a ser un profesional. Aquí, en Adjuntas, me han abierto las puertas y me han hecho sentir bien”, dijo el jugador de 35 años.

El guaynabeño Pérez también jugó en el pasado en Mayagüez en una temporada de la Liga Puertorriqueña de Voleibol.

Dijo que atrás dejó a la comodidad personal de Guaynabo, y a los Mets, porque tuvo desacuerdo económico con la gerencia del equipo.

“No pudimos llegar a un acuerdo económico, básicamente. Al final del día ellos (directivos de Guaynabo) decidieron moverse en otra dirección. La verdad es que, al no poder llegar a un acuerdo, me desesperé un poco. Y pensaba en el retiro, como Picky (Soto). Pero al final se me dio la oportunidad de este cambio y Adjuntas y Paki (Pomar, apoderado) han hecho todo lo posible para que esté aquí”, dijo.

En Adjuntas, en donde regresa el Voleibol Superior luego de cinco años de ausencia, Pérez tendrá lo que Guaynabo no le dio, pero le faltará lo que tuvo con los Mets y en Naranjito: un núcleo de jugadores nacionales.

Pérez se rodeaba en Naranjito de la mitad del cuadro nacional de entonces, desde Luis ‘Feñito’ Rodríguez, a Víctor ‘Vitito’ Rivera, a Gregory Berríos. Y en Guaynabo estaba más o menos igual de acomodado con jugadores como Enrique Escalante, Sequiel Sánchez, Pablo Guzmán y Dennis del Valle.

En Adjuntas, Pérez tiene un cuadro sólido y un banco profundo. Sus compañeros en Adjuntas son jugadores en crecimiento.

Pérez dijo que tiene una misión con Adjuntas, tal y como la tuvo con Guaynabo cuando ese proyecto reinició en el 2009.

“A donde quiera que voy, voy con una ambición bien grande. Mi misión es tratar de devolver el voleibol a Adjuntas, y tratar de llenar esta cancha”, dijo mirando al coliseo Rafael Llull de Adjuntas. “Y día a día ir construyendo un equipo como hice en Guaynabo. Tenemos un grupo bueno, pero mucho, pero mucho que trabajar”.