La esquina camuyana Legna Hernández se estableció el año pasado dentro del cuadro titular de las subcampeonas Leonas de Ponce y, desde entonces, no ha llegado refuerzo o nativa alguna que la haya removido de su importante posición como una de las voleibolistas más productivas y consistentes del sexteto.

La ganadora del premio a la Jugadora de Más Progreso de la temporada 2014 produce en casi todos los renglones estadísticos bajo el esquema de juego del técnico (y dirigente de la Selección) José Mieles. Hasta los partidos de la semana pasada, Hernández ocupa el puesto número 15 entre las líderes en anotaciones (179 tantos en 60 parciales), está primera en servicios directos con 23 aces, es la décimo-tercera mejor jugadora en recepciones con 165 pases, y está número 12 en total de defensas con 169 levantes.

“Cada año uno recibe más responsabilidad dentro de la cancha y la meta es mejorar la actuación del año anterior. Todos los equipos se han fortalecido y, más o menos, saben cómo es que vienen el resto de las franquicias y por eso es que la temporada ha sido nivelada para todos”, indicó Hernández a Primera Hora.

Hernández fue escogida para participar en su segundo Juego de Estrellas consecutivo y, actualmente, figura en el cuadro titular de unas Leonas que cuentan en sus filas con la atacante estadounidense Kelsey Robinson y que, al comenzar el torneo, tuvo en su rotación a Emily Brown y a Chaniel Nelson. Sin embargo, Hernández ha sido una de las constantes en el juego de Ponce junto con las centrales Jetzabel del Valle y Ana Rosa Luna, la acomodadora nacional Natalia Valentín y la líbero Nayka Benítez.

Y Hernández ha mantenido su sólido nivel de juego pese a la carga que conlleva ser una atleta profesional y una madre. “Pienso que este año ha sido un poco más difícil, pues el año pasado estaba en viviendo en Ponce y podía moverme un poco mejor. Pero ahora me mudé, estamos un poco más lejos y con los viajes se ha hecho un poco más difícil, pero Jonnalys es muy manejable”, dijo Hernández con una sonrisa de esquina a esquina.

Precisamente, Jonnalys, con sus tres añitos, ya se perfila como una futura jugadora de voleibol que seguirá los pasos de su madre si nos dejamos llevar por sus acciones en cancha, según relató Hernández.

“Si la vieras en los juegos, ella hace las rutinas (de calentamiento) con nosotras. Le encanta el voleibol; va a todos los juegos, todas las prácticas, siempre está conmigo… ¡así que yo espero que, por lo menos, saque algo!”, resaltó Hernández entre risas. “Siempre la voy a apoyar en lo que ella quiera hacer. Su papá jugaba baloncesto, su abuelo (el padre de Hernández) dirige baloncesto y es maestro de educación física, así que tiene esa rama de deportista”, añadió Hernández.