JUNCOS. Esta es la clásica historia del ‘sí’ combatiendo el ‘no’ adaptada al voleibol.

En esta historia, el ‘no’ le dice al ‘sí’: ‘tú no puedes’. El ‘sí’ le responde: ‘sí yo puedo’. Y así intercambian ‘no’ y ‘sí’ para defender sus casos hasta que el ‘sí’ termina convirtiéndose en creyente del ‘no’.

Pues en este caso el ‘sí’ lo personifica la líbero novata de las Orientales de Humacao, Katherine Santiago, quien creció escuchando ‘no puedes’ y hoy día sigue demostrando que sí se puede.

Pregúntenle a ella misma.

“Desde pequeña me decían que era muy chiquitita, que era muy pequeña y que no iba a llegar a ningún lado. Y yo, en vez de intimidarme, lo usé de motivación y decidí esforzarme el doble porque al ser pequeña tengo que esforzarme el doble para cubrir la cancha. Trabajo para eso día a día”, afirmó la jugadora a Primera Hora.

Sucede que la especialista en defensa mide apenas 4’11” de estatura y, es por mucho, la jugadora más pequeña en el cuadro regular de las Orientales en una Liga de Voleibol Superior en que cada día las atletas son más altas, incluyendo a las jugadoras de su posición y acomodadoras que no requieren mucha estatura.

Sucede también que a los 23 años alcanzó por primera vez una frontera física que la gente de su edad logra mucho antes. La frontera: el peso corporal.

“Llegué este año a las 100 libras. Estoy ahí, entre las 99 y 100 libras”, dijo quien también hizo gimnasia de pequeña.

Así que con su armadura de 4’11” de estatura y 99 libras de peso, Santiago enfrentó al ‘no’ en todos los niveles que ha jugado y se quitó de sus espaldas el ‘no’ cada vez que entraba a la cancha.

Y son muchos los niveles que ha superado, todos muy buenos.

Superó todoslos niveles

Jugó voleibol de clubes en San Juan e hizo el equipo del colegio Adianez de Guaynabo, que por lo general está en los ‘chavos’ en los torneos invitacionales de colegioos y en la Copa El Nuevo Día, que es considerado el campeonato nacional escolar.

Se graduó de Adianez en el 2012 y subió de nivel. Recibió una beca completa para jugar voleibol de División I en la NCAA de Estados Unidos. Jugó para la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro.

“Creo que era la única jugadora que medía 4 pies en la División I. Allí todas son grandísimas. Fue un éxito, de verdad”, recordó.

De hecho, Santiago fue reconocida en el 2015 como la Líbero del Año en la Conferencia Sureña de la NCAA. 

También terminó en la tercera posición en la historia de la Universidad en total de defensas con 1,903.

“El cuerpo técnico que teníamos era buenísimo. Aprendí a desplazarme en la cancha de ciertas maneras. Como soy chiquita, no le podía llegar a los balones largos y tenía que ser más rápida. Tenía que abrirme. En realidad aprendí muchísimo”, reconoció. 

Al mismo tiempo, se hizo ‘grande’ en la Universidad.

“Aprendí y crecí muchísimo, no solamente como jugadora, sino también como estudiante, como ser humano, como mujer, porque aprendí un tipo de independencia porque estaba sola, y no había ningún latino para hablar español”.

Santiago se graduó también con un bachillerato en Bíología y un grado asociado en Química. Piensa en un futuro cercano regresar a la universidad para prepararse hacia una carrera en Farmacia.

Habiendo superado los niveles de clubes, de colegios y universidad, ahora Santiago está debutando en el Voleibol Superior, que es el nivel más alto en Puerto Rico. 

Y debutó con el pie derecho. Santiago es la líbero titular de las Orientales, quienes ocupan el cuarto lugar de la Liga.

También es la cuarta mejor defensa de la Liga a base de promedios con 5.22 defensas.

“Me está gustando demasiado. Creo que se me nota en la cancha. Voy a seguir en esto. Un campeonato vendría superbién. Pero primero también quiero aprender de las jugadoras (rivales). Quiero aprender sus ataques, sus fuertes, sus debilidades y así poder crecer”, dijo.

La gerencia no lo pensó dos veces

Para el gerente general de las Orientales, Fernando Toledo, la contratación de Santiago era una línea pese a su físico porque la líbero ya había convertido en creyente al público de Humacao.

“Nadie cuestionó la contratación porque en Humacao ya la habían visto jugar Copuvo (Confederación Puertorriqueña de Voleibol). Fue todo lo contrario; nos felicitaron por la contratación”, dijo.

Por su parte, Santiago cree que no ha convencido a todo el mundo.

“Todavía hay cosas que no he aprendido sobre mí. Cuando saco algunas bolas espectaculares digo: ‘wow, lo puedo hacer. Todo eso me motiva a diario para ser mejor jugadora y ver si puedo llegar lejos”, dijo.

Así que, la próxima vez –lector- que piense decirle a alguien ‘no puedes’ acuérdese de esta ‘liberito’ de Humacao.