SAN SEBASTIÁN. Pregúntele al opuesto de los Mets de Guaynabo,  Dimar López, sobre la  velocidad y fuerza que le pone a cada uno de sus ataques y él le recordara la posición y función que le toca hacer.

Dicho eso, es fácil entender por qué el jugador que  hizo 19 remates positivos en el primer juego de las serie final nunca le quita fuerza a los ataques.

“En realidad, cuando uno está en un equipo, uno tiene que aceptar los roles. Los jugadores de esquinas son los que, como uno dice, tienen más finesse, que tienen tiros. Pero en realidad, cuando uno es opuesto, sí hay que tener tiros, pero tiros duros, largos. De opuesto, uno es un banger (marronero) y tiene que aceptarlo”, dijo.

“Muchas veces, en tu equipo vas a recibir en K2 (contraataque) las pelotas sucias (fuera de sistema) y hay que saber qué hacer con ellas. Para eso hay que tener fuerza y un poquito de malicia”, agregó.

Tal cual lo dice, así mismo es López como opuesto de Guaynabo, equipo que ganó el primer juego de la serie final de la Liga de Voleibol Superior ante los Caribes de San Sebastián.

 No hay secretos con López para el bloqueo y la defensa contraria. De hecho, mientras más grande es el bloqueo, más duro le va a tirar a la pelota. 

Lo hace buscando el espacio abierto entre el bloqueos o, si no hay espacios, queriendo romper el bloqueo. Lo hace porque, como bloqueador, ha sufrido en carne propia lo que es tratar de detener a un opuesto.

“Mientras más grande es el bloqueo, más tiene uno que demostrar. El adversario siempre va a apostar a que tiene un buen bloqueo. Y si uno lo puede frustrar... mejor. Nosotros también somos bloqueadores y sabemos como frustra no poder parar a un atacante”, dijo López.

Así ha sido la carrera de López en sus 11 temporadas en el Voleibol Superior jugando para  seis franquicias, incluyendo a los Mets.

El egresado de la Bayamón Military Academy y de las categorías Arrevica en Carolina es así desde que debutó con Bayamón en el 2006, así como cuando fue a finales con  los Patriotas de Lares  en el 2008 y 2012. También participó en campeonatos con Arecibo (2013) y Guaynabo (2015-16).

 Ha dado muestra de durabilidad y de estar listo cuando es llamado a la acción.

“Hay que ir al gimnasio. Patricio (Chutney) ha hecho un gran trabajo con nosotros. Hay que comer bien. No estar de vago. Hay que levantarse temprano, Dar su jogueaíta. Hay que entrenar fuerte y duro”, destacó.

Y no parece  que se vaya a detener ahora con los Mets de Guaynabo a sus 30 años y en el rol de cubrir la posición del lastimado Héctor ‘Picky’ Soto.

“Ahora mismo estoy sorprendido de esta oportunidad. A veces uno le pierde un poco la pasión al juego. Pero cuando uno se encuentra con estas situaciones en que puede aportar un poco más, uno coge un segundo aire en la carrera. Javier (Gaspar, dirigente) me ha dado la confianza y el núcleo ayuda  a que uno quiera jugar”.