La Federación Puertorriqueña de Voleibol (FPV) ha dicho que implementará el proceso de afiliaciones en el voleibol, y parece que va por buen camino.

Al otro día de que la FPV hiciera el anuncio, Primera Hora visitó un club de voleibol en busca de reacciones al anuncio. El club fue Borinque Coquí, uno de los principales de Puerto Rico.

Y las reacciones de varios sectores entrevistados allí fueron positivos en favor de las afiliaciones, que ya existe pero no se implementan en la FPV.

Un sector entrevistado fue el de los padre de jugadores. Niños que jueguen al voleibol tienen que afiliarse a la FPV por $12 anuales.

“Definitivamente lo pagaría”, dijo Javier Cela.

Cela espera que, con la afiliación, la FPV sea el verdadero ente rector de voleibol en Puerto Rico porque muchos clubes, torneos, dirigentes y árbitros están usando sus propias reglas.

“Lo pagaría para que mantengan control, que todos los torneos sean iguales. En 10 años y menos (categoría) todos los torneos son diferentes. No hay dos torneos iguales. Como no son siempre las mismas reglas, pues hay falta de conocimiento. Que la Federación regule una forma de jugar voleibol”, dijo Cela.

La FPV calcula que en Puerto Rico hay una población de 10,000 a 12,000 niños voleibolistas alrededor de la Isla. La FPV también calcula que con la afiliación puede levantar hasta $250,000 para sus programas nacionales.

Otros padres del club Borinquen afirmaron que es una molestia sacar más dinero de su bolsillo para que sus niños aprendan a jugar voleibol. Pero dijeron que el deporte debe ser una prioridad y, por tanto, un sacrificio noble para sus hijos.

“Es difícil sacar el dinero. Pero si hay tiempo para ir a La Placita, para ir aquí o allá, también tiene que haber tiempo para los niños, quienes tiene que ser una prioridad. Hay que sacar el dinero porque no hay más nada para la juventud”, dijo otro padre de voleibolista del club.

El sector de los técnicos también estuvo de acuerdo con afiliarse para que la FPV logre unificar el voleibol bajo un mismo lenguaje.

Juanra Fernández, coach con 35 años de experiencia, dijo que el voleibol se enseña distinto por todos los clubes, contrario a potencias como Brasil y Estados Unidos, en donde, por ejemplo, se separa el voleibol de clubes y escolar por semester.

“Ya era hora. La FPV tiene que tomar una postura para que todos hablemos un mismo idioma. Lo veo con muy buenos ojos”, dijo.

Otro coach, Henry Rivera, dijo que está de acuerdo en la afiliación, así como en la supervisión y la transparencia con el dinero de las afiliaciones.

“No tengo con problema con que eso (afiliación) esté. Eso hace falta y es importante para ayudar a los equipos nacionales. Pero es importante que el dinero se vea, el dinero que aportamos todos los sectores para que el voleibol camine hacia adelante. Lamentablemente, antes se pagaba, pero no había una supervisión. Si esa supervisión no está, va a ser lo mismo”, dijo Rivera, quien tiene un campamento de voleibol en Borinquen Coquí.

Rivera dijo que tampoco tiene problemas con pagar una afiliación por su campamento de voleibol.

La FPV ha dicho que productores independientes de voleibol y clubes tienen que pagar la afiliación. Los clubes tienen que pagar entre $100 y $500 anuales.

La presidenta de Borinquen Coquí, Clarisa López Enríquez, opinó que ayudar al voleibol nacional es un deber de los clubes, como también es un deber de la FPV ayudar al voleibol, lo que no siempre ocurre.

“Tenemos dos partes: la responsabilidad como miembros de la comunidad del voleibol ayudar a la Federación y a sus programas nacionales. Al mismo tiempo representa una dificultad para los jugadores, clubes y padres, máxime cuando es un donativo a la Federación que muy poco aporta”, dijo López Enríquez.