COROZAL. El tema de voleibol en este pueblo es bobería comparada con la tragedia que se vivió aquí el pasado domingo. Pero…

Como en Corozal el voleibol es vida, ese tema se toma con pasión, sobre todo ahora que se está señalando a las desaparecidas –y extrañadas– Pinkin de Corozal como las responsables de que los equipos de la Liga Superior de Voleibol Femenino (LVSF) no puedan contratar jugadoras refuerzos para la próxima temporada.

La fanaticada de las Pinkin, que es la misma de los Plataneros de Corozal, activos hoy día en la liga masculina, sienten vergüenza ajena de que al equipo de sus amores se les esté señalando por dejar sin pagar una deuda que ya suma tres años y que es de $70,000. Esa cuenta es hoy la ficha del tranque entre la Federación Puertorriqueña de Voleibol y el organismo al que le rinde cuentas (la Confederación Norceca) por el uso de jugadoras refuerzos en la temporada 2017.

Los fanáticos además señalan a las administraciones de las Pinkin que dejaron esa deuda sin saldar para que la FPV tuviera que asumir la cuenta, como los verdaderamente responsables de provocar la liquidación y existencia de las Pikin, una de las  franquicias más exitosas y emblemáticas de la LVSF.

“Los apoderados que hemos tenido hicieron lo máximo. Los últimos apoderados que tuvimos no hicieron lo máximo. Aquello fue un  bochorno lo que hicieron. Lo digo de verdad”, dijo la fanática número uno de las Pinkin y de los Plataneros, Sor Inés, previo al partido de los Plataneros el martes en la cancha Zoraida Figueroa.

“Las Pinkin dieron lo máximo, pero el dinero se quedo… No sabemos dónde se quedó el dinero. No me atrevo a decir dónde se quedó el dinero”, agregó Sor Inés.

Los nombres de los señalados son el entonces apoderado Erio Quiñones y el coapoderado José Albino. La deuda fue mayor a los $70,000 de hoy día. Una parte de la cuenta la pagaron los otros apoderados de la LVSF que pusieron dinero en un ‘pote’ para saldar. La deuda era con todas los integrantes de las Pinkin, desde jugadoras nativas a refuerzos, hasta con el cuerpo técnico.

Las Pinkin, una franquicia que debutó con la Liga en el 1968, dejó de jugar en el 2013, luego de un subcampeonato ante las Indias de Mayagüez.

El actual alcalde de Corozal, Sergio Torres Torres, también se quitó responsabilidades y señaló a los apoderados.

“Si lo fuéramos a llevar al plano político, ni Roberto (Hernández Vélez, ex alcalde) ni este servidor tuvo culpa. Siempre hubo un incentivo que se le otorgó de parte del municipio. ¡Ah! Quienes administraron es el problema”, dijo.

Hay más señalados en este caso, de hecho.

“Se hizo un mal trabajo (de la FPV) en la evaluación de los nuevos apoderados de las Pinkin. Dejaron unas personas que, por más buenas intenciones, no estaban listos para el cargo. Hubo un problema de pago y la Federación tenía una responsabilidad en esto. Como Federación tenían que meterle mano”, dijo el fanático de los Plataneros y de las Pinkin, Carlos Vázquez.