La inestabilidad en la Liga Superior de Voleibol Masculino se ha acentuado este año, luego de temporadas corridas dando señales de quebranto.

De la época del 1990, cuando hubo hasta 15 equipos participantes en una temporada, a este año en que solo han confirmado cuatro equipos, la inestabilidad ha penetrado en la Liga como nunca antes.

Así lo afirma una experimentada figura ligada al voleibol superior desde el 1960, el exjugador y exdirigente, Julio ‘Buyín’ Camacho.

“Nunca la había visto así”, confesó Camacho, quien próximamente publicará un libro sobre la historia del voleibol en Puerto Rico.

Las franquicias de San Sebastián, San Juan, Fajardo, Corozal y Arecibo están a días de darse de baja del próximo torneo, que iniciaría este agosto. Esa cifra de equipos recesando no tiene precedente en los últimos 20 años de la Liga, cuando sí hubo dispensas y desapariciones, pero no en grandes cantidades y de manera simultánea como hoy día. 

Estos cinco conjuntos han puesto en duda si jugarán, porque desconocen qué apoyo, si alguno, recibirán de sus gobiernos municipales.  Solo hay cuatro franquicias confirmadas para la venidera competencia.

Los equipos tienen hasta el 16 de junio para confirmar si participarán  esta campaña.

Históricamente, la ayuda monetaria de los gobiernos municipales ha sido fundamental en la operación de la mayoría de las franquicias en el voleibol superior. En el pasado reciente hubo equipos que contaron con aportaciones de hasta $300,000. La falta de aportación de algunos municipios, por lo tanto, ha sido la razón primordial para la inestabilidad que ha penetrado en el voleibol superior en los últimos años. “Es una situación que se refleja con la situación política y económica de Puerto Rico. Eso significa que las ligas profesionales no pueden existir en este momento”, dijo Camacho.

Arecibo no jugará

El caso de los Capitanes de Arecibo en el liga masculina es un reflejo de esta realidad. La franquicia dirigida por Luis Monrouzeau es reconocida como la más rica de la Liga, así como lo es su equipo de baloncesto en el BSN.

Pero Monrouzeau se ha trancado en que no jugará esta temporada si no encuentra un apoyo municipal. “Ya le dije a (César) Trabando que si no es así, no voy”, dijo el empresario arecibeño al mencionar al presidente de la Federación Puertorriqueña de Voleibol.

Juncos, que es un pueblo deportista, le contestó en negativa a Arecibo con relación a una propuesta para que los Capitanes jugaran en la cancha Rafael Amalbert. El municipio de Juncos explicó que era injusto hacer recortes a los deportes del pueblo si aceptaba la propuesta de Arecibo.

Monrouzeau tiene una explicación para evitar sonar caprichoso con sus peticiones económicas. Explicó que hay maneras de evitar la dependencia en cuanto al ‘dinero del pueblo’ (de los municipios), como la fórmula tradicional de hacer deporte atrayendo fanaticada que, a su vez, llama la atención de los auspiciadores.

Y agregó que esa fórmula está fallando en su operación,  cuando apenas contó con el apoyo del público en Arecibo, llevándolo a recesar en el pasado torneo.

“Es que si el fanático no está en cancha, es en vano que uno haga cualquier cosa. Si no está el fanático, lo otro que se hace está de más”, dijo el apoderado campeón en dos de las cuatro temporada que operó a los Capitanes.

La inestabilidad y sus causas llevan a plantear la siguiente pregunta: ¿Quebrantará la Liga entonces?

El presidente de la Federación, César Trabanco, dijo que la Liga 2017 se jugará pese a la posible ausencia de cinco equipos. Pero al mismo tiempo dijo que el voleibol tiene que operar como en el pasado, cuando era un deporte económico para producir, pero atractivo para el pueblo.

“Tiene que volver a ser lo que era antes”, dijo Trabanco.