Una odisea fue lo que pasó Emily Martínez Wichy para concretar la donación de materiales de su nueva casita cuya construcción está a punto de terminar en el barrio Candelaria de Vega Alta.

“A inicios de nuestra administración encontramos que habían muchos residentes, a quienes a través de programas federales, se les dio materiales de construcción, sin embargo, esos materiales ya se estaban dañando, porque a las personas que se les daban no tenían ni personas ni recursos económicos para pagar la mano de obra”, destacó el alcalde de Vega Alta, Oscar Santiago Martínez.

Santiago Martínez se topó con unas 10 personas con casos similares al de Emily. “Ese primer día de visita de público ella vino desesperada, e incluso, lloró en la oficina y me conmovió. Entonces, reuní a mi director de programas federales y al de Obras Públicas para unir estas dos brigadas y ayudar a estas personas”, contó el líder municipal.

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La mujer de 58 años de edad, padece de enfisema y cáncer pulmonar, cáncer de mama, osteoartritis, osteopenia y osteoporosis. “Todas las ‘osteos’ las tengo encima de mí. Mis huesos están deshaciéndose como digo yo”, contó desde el espacio que antes era su habitación con baño, y pasó a ser su casa luego de que la rama de un árbol destruyera el resto de la propiedad.

A todas sus condiciones de salud, se le suman vertebras herniadas y problemas con el nervio ciático, que provocan que sus piernas fallen. Esto hace realmente difícil a la retirada del campo de la salud moverse en su humilde hogar ya que para entrar a lo que quedó de su casa, tiene que atravesar una angosta tabla de madera elevada que conecta con una escalera de cemento.

Fue hace dos años que solicitó al exalcalde Isabelo “Chabelo” Molina que le supliera materiales para una casa. La gestión luego se canalizó a través del representante, Rafael “Tatito” Hernández, con fondos federales, e intervino el director de Departamento de Vivienda (DV) Regional de Bayamón, Jorge L. Rodríguez, oficina que le otorgó un vale para obtener los materiales de una casa prediseñada.

Ahí, comenzaron las penurias para Emily debido a lo tedioso que ha sido el proceso para que se concretara la ayuda.

La mujer, que no cuenta con transportación propia, tuvo que ir a Cabo Rojo para buscar un “voucher” que luego llevaría hasta Hatillo a la compañía “Casas Borincanas”, relató.

“Hubo una señora, de esta compañía (Casas Borincanas) que me dijo que más que el ‘voucher’, le entregara el cheque y ella me daba la casa, porque ellos (DV) le debían demasiado y no me podía entregar la casa así”, comentó, quien debido a esta negativa recurrió a Vivienda para que ejecutaran alguna acción, pero no consiguió respuesta hasta tres meses.

Emily quien asegura ha luchado contra el cáncer desde el año 2000 admitió que incluso atentó contra su vida por la situación de su casa. “Ya estaba cansada de todo esto”, rememoró.

Tras la lamentable situación, se quejó en la oficina del representante Tatito Hernández y su caso tomó algo de aceleración. Entonces intervino el Departamento de Vivienda Federal y Obras Públicas municipal, además se asignó a Caguas Comercial como nuevo suplidor de materiales de construcción.

Del proceso, ya corría un año y medio de espera.

“Chabelo, tiró el piso y me hizo el muro de contención. Ahí, se tardaron en mandar la casa, y entonces, cuando al fin llegan los materiales, salía Chabelo”, describió quien cuenta con la compañía y ayuda de sus vecinos, “Todavía quedan esa clase de sitios y esta comunidad es una, hay vecinos buenos”, contó. Su casa estaría lista a finales de mayo, o principios de junio.

Al momento, las dificultades que enfrenta en su pequeño espacio se limitan a la realización de las tareas del hogar como fregar o cocinar. “Pues me tengo que adaptar a eso, hasta que terminen la casa porque aquí es que vivo”.

Por otro lado, la madre de dos varones, uno que falleció a sus 23 años de edad y otro que reside en Estados Unidos, destacó que no piensa atenderse médicamente el cáncer.

“Ni este (cáncer de mama), ni el de los pulmones... Yo voy a dar gracias a Dios. ‘Anyway’, tengo 58 años de edad. Creo que he vivido mi vida completa, tuve mi vida de adolescente, de joven, de adulta, tuve mis hijos, fui madre. Ya todas las facetas las tengo cumplidas, pues, la última voy a tratar de completarla dándome el gusto de comer, de salir si puedo, y la casita”, concluyó.

 Al momento, Emily vive en un cuarto de lo que era su casa. (PARA EL NORTE / Alvin J. Báez)

(PARA EL NORTE / Alvin J. Báez)

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(PARA EL NORTE / Alvin J. Báez)

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