De manos atadas está la administración del alcalde Clemente Agosto Lugardo ante la necesidad urgente que tiene el Municipio de Toa Alta de espacio para disponer de los muertos.

Los pocos espacios para nuevos sepulcros es tal que de dos cementerios municipales, el del casco urbano está lleno y el del barrio Piñas le sigue de cerca.

Las circunstancias que atan al mandatario toalteño, según explicó en entrevista con El Norte, se remontan a la anterior administración de Luis F. Collazo (2004-2012),  quien obtuvo $9.5 millones bajo la Sección 108 del programa de Subsidios para el desarrollo Comunitario (CDBG) para construir un  cementerio, un mausoleo y un edificio multiusos, pero hizo un mal uso de los mismos.

Cabe mencionar que de estos proyectos, incluidos en la misma asignación de fondos y cuyas construcciones fueron encomendadas al mismo contratista, el edificio fue paralizado, mientras que el cementerio y el mausoleo no se comenzaron. 

Ambos proyectos continúan bajo investigación  federal,  y “al haber una auditoria  federal y haber unos litigios legales pues se ha detenido todo el proceso”, aseveró Agosto Lugardo, quien durante su primer término alertó a las autoridades pertinentes tras hallar  irregularidades como resultado de una auditoria. 

Al momento, el municipio está supliendo el servicio a la comunidad entre los dos cementerios.

“En el cementerio del casco del pueblo, el viejo,  dudo que queden  espacios nuevos para un residente que no tiene nada reservado. Solo quedan panteones familiares y esos no enfrentan problemas. Mas el de Piñas, ahí nos quedan muy pocos espacios y los que tengan panteones son los que tienen disponibilidad más segura”, explicó.

Como medida inmediata para extenderle vida al cementerio de Piñas el municipio hbailitó un área  y ha reubicado restos, que lleven cinco años sepultados, en osarios (nichos reducidos).

Asimismo, en lo que se liberan los fondos asignados para la construcción de un cementerio  nuevo,  el alcalde se ha propuesto levantar un pequeño mausoleo dentro del cementerio actual que sumaría  unos 150 espacios.

“Estamos en la búsqueda de los fondos porque nos sale en unos $50 mil a $60 mil hacer ese proyecto. Y los fondos los teníamos destinados,  pero se quedó en papel por la situación económica del país. Ahora, tendríamos que tener  la colaboración  de fondos que nos asignen, ya sea legislativos o fondos federales. Pero estamos tomando acción  para seguir sirviendo a pesar de las trabas, porque hay que resolver”, añadió.

De momento, el líder dijo mantenerse en constante conversación con las agencias federales. “Se les ha insistido en la urgencia para que esta auditoría e investigación se acelere.  Estamos en constante comunicación. El director de trabajos federales estuvo, tan reciente como la semana pasada, reunido con la representante del Departamento Federal de la Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD), quien tiene que atender los asuntos de nuestro municipio”, añadió.

Agosto Lugardo comentó que en estos días debe presentar a la agencia federal un plan de lo que desea hacer respecto a este asunto. 

“Nos urge porque, lamentablemente, en estos últimos días, han fallecido muchas personas que no han tenido dónde enterrar  y uno tiene que buscarles”. Finalmente, concluyó que esta falta de espacios hoy en Toa Alta se debió a la mala planificación en el pasado “de cómo se distribuyó, no hay una buena coordinación, porque se pude entrar por varios lugares, y también,  hasta tener que brincar una tumba para pasar  a otro lado. De eso, incluso, ni siquiera la administración anterior  tuvo la culpa, pero todo eso rompe ahora y crea este problema”.