Tras 29 años de trabajo en la Policía de Puerto Rico, el agente Mario Rivera Oyola de 52 años, nunca imaginó que la criminalidad irrumpiría en su hogar el día de Navidad y lo destruiría para siempre.

Mientras, una gran parte de los puertorriqueños abría sus regalos el 25 de diciembre, Rivera Oyola y su esposa lloraban en el barrio Quebrada Cruz en Toa Alta, frente a la imagen de su casa en llamas como resultado de un escalamiento donde también se perdieron los $25,000 que el agente había ahorrado para su retiro.

“Irónicamente, ese día estaba celebrando la Navidad en casa de unos familiares cuando una llamada a las 5:00 p.m. al teléfono de mi esposa nos alertó del fuego en la casa. Cuando llegamos, la casa parecía un infierno. Se veía el fuego y el humo negro saliendo desde el interior y no pudimos hacer nada”, narró el policía.

Por su parte, la División de Investigaciones CIC en Bayamón inició desde entonces, una pesquisa criminal para hallar a los implicados en el siniestro que destruyó la residencia con dos cuartos, dos baños, cocina, comedor, sala y antesala.

“Después que los bomberos pudieron calmar el fuego, entramos y todo estaba destruido. Presumimos que los responsables entraron por la antesala, porque tenía ventanas de cristal y cuando entramos, las ventanillas estaban quitadas y había fango en el piso”, detalló el oficial de la División de Drogas y Narcóticos en Bayamón.

El hombre estimó que los daños totales a la residencia podían sobrepasar los $150,000. Un monto inaccesible inmediatamente para su familia.

“Yo siempre he sido un hombre tímido pero bien trabajador. Estaba preparándome para el retiro y por eso tenía ese dinero guardado. Ahora me siento que tengo que comenzar de nuevo, lo único que ahora no tengo 20 años”, sostuvo el oficial.

Rivera Oyola y su esposa, que declinó identificarse, permanecen de inquilinos en la casa de un pariente a la espera de que se resuelva su situación.

“Esta fue la casa donde crecí con mis padres y me gustaría llegar a restaurarla. No quisiera tener que mudarme y dejar perdido este patrimonio. Me da mucho dolor porque no pude defenderlo, ya que unos canallas me lo arrebataron sin que yo pudiese hacer nada”, expresó el policía.

El agente detalló que a días del desafortunado evento, la Policía de Puerto Rico espera por la primera confidencia anónima que les conduzca hasta los responsables del incendio.

“Yo le pido a la gente que hable. Lo que necesitamos es que se comuniquen con la Policía de forma anónima y nos ayuden a ponerle un fin justo a este caso”, comentó Rivera Oyola.

La familia abrió una cuenta en el Banco Popular de Puerto Rico con el número 509401354, para recibir donativos para la reconstrucción del hogar del oficial.

RESIENTE LA INDIFERENCIA

Según Rivera Oyola le sorprendió la indiferencia con la que las autoridades respondieron al incidente que destruyó su hogar.

“Yo no sé si es porque estamos en días festivos. Pero aquí no ha venido nadie. Ni la Cruz Roja, ni FEMA ni nada”, dijo el policía. “Lo más que me duele es que la alta oficialidad de la Policía se ha hecho indiferente también. A pesar de todos los años que llevo trabajando, ni un capellán ha venido hasta aquí”, agregó.

El agente aclaró que sus compañeros de inmediato le ofrecieron apoyo desde del día en que ocurrió el siniestro.