Que la mano izquierda no sepa la buena acción que haga la derecha, es una regla de vida que Esther Crespo Vélez líder comunitaria del barrio El Vigía de Arecibo no está dispuesta a quebrantar, porque entiende que más que reconocimiento, simplemente, se trata de bendiciones que acumula para sí.

“A mí me gusta hacer las cosas calladita. Con eso me basta”, acentuó Esther Crespo Vélez.

La modesta mujer, que ya es bisabuela, obtuvo la semilla del servicio desde muy temprano, pero tras acogerse al retiro se unió a un grupo de vecinos para que su comunidad fuera incluida en el proyecto de Comunidades Especiales, y así mejorar las condiciones de los residentes del lugar.

“Dentro de las Comunidades Especiales bregamos mi amiga Yelitza Rivera, quien está con Dios ahora, una líder incansable, y yo. Nos movimos como portavoces de la comunidad para agilizar el proceso de reinstalación de los vecinos. La gente, aquí, antes estaban como dormidas, que no hacían nada, pero se hizo un movimiento y se trabajó muy bien”, contó.

El actual complejo de apartamentos surgió a raíz de la eliminación del viejo vecindario para dar paso a una vía de tránsito. “La casa mía me la demolieron para que pasara una calle por ahí. Era de dos niveles, donde vivía la hija mía en los bajos. Expropian para pasar una vía y el plan era reinstalarlos en estos apartamentos”, sostuvo Esther de 68 años de edad.

Sin embargo, el proyecto de apartamentos, obra de las Comunidades Especiales, estuvo detenido por seis años según explicó la mujer. “Todo el mundo estuvo repartido y aunque estaba pagando el Departamento de Vivienda, estuvimos pagando bastante cantidad de renta”, acotó.

Sobre las condiciones de la comunidad hoy día explicó que “estamos mejor, porque hay una vista para el faro increíble. Ahora, hay acceso para las ambulancias y los carros”.

Por su parte, el portavoz del Partido Nuevo Progresista (PNP), Gabriel Rodríguez Aguiló, fue el autor de un reciente reconocimiento a Esther. “Ella lleva alrededor de 15 años de lucha a favor del bien de su comunidad. Su tenacidad, carácter y fuerza ejemplifica el espíritu de la mujer puertorriqueña”, exaltó el representante por el Distrito 13.

Precisamente, la inspiración de Esther para ayudar a otros fue su fenecida madre. “Hace dos meses que murió, a los 98 años de edad, y era una líder”, aseguró Esther quien con la ayuda de su progenitora Juana Vélez levantó a sus dos hijos, Abner y Karen.

Servirá otros le apasiona de tal amanera que aseguró que siempre estará ahí para quien la necesite.

“A veces uno analiza ‘estoy viviendo tan cómoda y esta gente están tan malitos o les hace falta esto o lo otro’, pues, eso me lleva a moverme a ver qué puedo hacer para ayudarlos y si no puedo yo sola, trato de canalizarlo para que se les ayude en lo que sea. Si está en mis manos hacerlo, pues, lo hago”, comentó, quien prefiere el trato directo con las personas, “porque nadie se tiene que enterar de que yo te voy a ayudar”.