Como si estuvieran en el Puerto Rico de la primera mitad del siglo 20, vecinos de Villa del Río, en el barrio Piñas de Toa Alta, hoy se las juegan cruzando la quebrada -que una vez contó con un puente peatonal- para ir a la Escuela Elemental Manuel Velilla, hacer las compras o demás diligencias. 

Los vecinos prefieren ese atajo para evitar las vías principales que los dejan sin aire, ya sea por el susto de que un carro les dé un azote mortal, por lo estrecho de las vías, o por lo mucho que les toma llegar a sus destinos si optan por esos caminos aledaños.

“Por ahí era que se cruzaba”, dijo Alicia Santana Costoso, vecina de la calle ocho señalando dónde ubicó el desaparecido puente en cemento, que fue derribado por una crecida durante una temporada de lluvias, y del que hoy solo quedan unos cilindros de cemento como evidencia.

“(El Puente) era conveniente, porque de Villa del Río, pasaba gente por aquí y pasaban los muchachos para ir a la escuela. Eso hace tiempo ya”, describió Santana Costoso. Ahora quines pasan por allí se mojan los pies, se llenan de fango y decenas se han caído.

“Hay gente que se va por (la calle) siete para salir a la carretera principal (PR- 861) para coger la guagua. Pero, por aquí, (trecho de la quebrada), es un paso”, explicó la mujer.

Tras la desaparición del puente, más bien el verdadero dilema se ha convertido en escoger cuál es la ruta “menos mala”, según Irva E. Maldonado, vecina cuya casa queda justo al lado de la quebrada. “Y el pasito que es ir por ahí. Yo me he dado la vuelta por el otro lado, y no está fácil. Y me tienen que traer porque se me sube la presión”, indicó Maldonado quien, fácilmente, dando la vuelta se puede echar “casi una hora y uno va con el corazón saliéndose por ahí pa’ bajo.Tú tienes que dar toda la vuelta por allá o por acá y arriesgarte a que un carro te dé un golpe”.

De hecho, Maldonado  ha sido testigo de que muchas personas han puesto en peligro sus vidas tratando de cruzar la quebrada.

“Ahí, muchachos se han roto piernas, se han roto brazos y todavía brincan por ahí. Los estudiantes brincan por ahí y se meten por el hoyo ese. Se han metido y han caído al agua. Por lo que he tenido que halarlos para poderlos sacar, porque eso se hunde”, contó Maldonado. 

Por el incómodo cruce, pasan tanto niños como ancianos, pues no les queda de otra.

“He visto a gente pasando la compra por ese fanguero, y eso llora antes los ojos de Dios y han sido muchos años. Si vieran la cantidad de ancianos  que bajan por ahí, que no tienen carros y las mamás con los  bebés en sus coches, porque por ahí pasan gente de Villa Juventud, Villa del Río y de aquí, de la calle 8. Puse letrero de propiedad privada para que no pasen y los muchachos lo arrancan, porque pasan para la escuela. La gente se tira, no les importa, porque es tanto lo que tienen que caminar, que cortan por ahí”, detalló Maldonado.

Deslizamiento y erosión de terreno 

Pero en esta quebrada la falta de un puente y las crecidas no son los únicos problemas, ya que el terreno a las orillas de este cuerpo de agua ha ido socavándose. 

Tanto así que ha dañado severamente la casa de Maldonado, quien después de hacerles unos arreglos al piso y ciertas partes del balcón perdió las reparaciones y el dinero invertido.

“Desde hace unos cuantos años llevo dando la alerta que esto está ocurriendo. Aquí, (balcón) se levantó el piso y las losas se salieron, la pared se abrió y tuve que mandar a hacer todo esto y de nuevo cedió la pared. Esta acera se hizo hace poco y mira cómo se va quebrando otra vez y mira la pared. Es que el terreno está cediendo”, apuntó al destacar que ha pedido ayuda desde que el exalcalde Luis F. “Jumbo” Collazo estaba al frente del Municipio (2005 a 2012).

La solución para el hogar de Maldonado, según le han explicado, es hacer un muro de contención.

“Yo hablé con él (Jumbo Collazo) y él me dijo que eso no era problema de él porque eso le tocaba a Departamento de Recursos Naturales (DRNA), pero el problema es que eso está afectando mi parcela también. Y, ahora, me está afectando la casa porque se me está partiendo por todos lados”, finalizó Maldonado del asunto que se complica con la basura que vecinos tiran a la quebrada. “Si tiran la basura ahí, eso hace que el agua se estanque y errosione”, dijo.

Se posponen los planes para el puente 

Dos millones de dólares destinados para obras al Distrito Bayamón-Toa Alta, de los cuales parte se usarían para levantar el nuevo puente de Villa del Río tan pronto como este verano, se esfumaron, según confirmó a El Norte el representante Nelson Del Valle .

“Esos fondos estaban destinados (originalmente) a la Boulevard de Toa Alta, si al 30 de junio no se utilizaban, se iban al Fondo General por lo que ya me habían expedido una certificación, y pues, decido cambiarlos de la Boulevard a obras y mejoras permanentes en mi distrito, tanto en el Municipio de Bayamón como en el de Toa Alta. Al pasar el proceso de Cámara y Senado y llega a Fortaleza, se pide una nueva certificación, y  ahora, los fondos no están”.

Según el representante la esperanza no está perdida. “El Gobernador habla conmigo y como ya yo había hecho los compromisos de cerca de nueve proyectos en Toa Alta, y para asfaltar los campos en Bayamón, me dice que durante el cuatrienio él me va a honrar esos compromisos”, explicó.

El problema del puente en la comunidad toalteña llegó a oídos del representante en el año 2005.

“En aquel entonces, le asigné $40 mil para su construcción durante el cuatrienio del exalcalde Luis F. “Jumbo” Collazo. Pero no se hizo el proyecto. No se sabe dónde fueron destinados esos fondos. Ahora que regreso, nuevamente, a la Cámara de Representantes aún está el problema”, indicó Del Valle.

Cuando finalmente aparezcan los fondos para arrancar con el proyecto, se deberían resolver todos los escollos que aquejan a los vecinos.

“Con la construcción de este puente vamos a resolver, grandemente, el problema de todos los peatones que por allí pasan y el de residencias aledañas al puente, ya que el proyecto conlleva unas paredes que, prácticamente, canalizan el área”.

El proyecto lo trabajaría  la Oficina de Desarrollo Socioeconómico, lo que era antes Comunidades Especiales.