Entendiendo que no todos podemos ser el maestro Quique Lucca (fundador de la Sonora Ponceña) quien ha tenido la bendición de pasar los cien años y vivir con orgullo del fruto de su esfuerzo y el éxito de la institución musical que creó. Tomo conciencia que el pasado domingo cumplí mis primeros 54.

Comencé a celebrar durante mi presentación del sábado en el Festival Chim Pum Callao en Perú. Allí los organizadores del evento, representantes del gobierno municipal, colegas de la industria y el público asistente conspiraron para cantarme un hermoso Cumpleaños feliz en el estadio Miguel Grau. Es emocionante ver esos miles de personas cantando con la intimidad y la alegría con la que se le canta a un familiar y haciendo pequeña la majestuosidad de un estadio.

Videos llenos de cariño con Ismael Miranda, Andy Montañez, Carlos Vives, El Gran Combo y Maelo Ruiz se proyectaron en las pantallas del evento, llenos de cariño para mí. Fue una pausa de gran alegría y que resultó profundamente emocionante. Ésta sería la antesala de un día lleno de mensajes de felicitación y de inesperados Cumpleaños feliz, como el que entonaron en mi vuelo de regreso un combo improvisado por los músicos de mi orquesta, los de Víctor Manuelle y los pasajeros del vuelo procedente de Panamá.

Las redes sociales también se inundaron de muestras de cariño hacia mí, haciéndome sentir tomado en cuenta y muy querido.

Para cerrar con broche de oro la celebración, el maestro Johnny Ventura tuvo el detallazo de enviarme un vídeo grabado desde su presentación en las fiestas patronales del pueblo de Cayey, acompañado de su orquesta y de los asistentes, quienes se botaron cantándome a ritmo de merengue.

No hay palabras para agradecer el inmenso cariño que la gente es capaz de compartir en solo 24 horas. La dosis de positivismo que te inyecta este tipo de demostración te hace pensar con mayor perseverancia y como dice la campaña: ¡Yo no me quito!

Nada, solo que esta edad madura me da la oportunidad de recapacitar y hacer una especie de inventario de vida hasta ahora. Me invita a dar gracias por lo vivido y hacer planes para lo que debe ser a partir de ahora y, siguiendo el ejemplo de don Quique, la segunda mitad.

Aprendí de mis errores, disfruté mis aciertos. Encontré buenos amigos, perdí seres queridos y, como siempre digo, tengo el privilegio de tener una carrera laborando en lo  que más me gusta hacer: cantar.

Es entonces hora de planificar esa segunda parte tomando en cuenta los cambios en la industria, los vaivenes económicos, apostando a nuevas tendencias, observando a la juventud que con sus nuevas ideas refresca y aporta, pero también reconociendo la aportación de los veteranos innovadores que hacen de este trabajo uno cambiante y muy divertido.

Con todo eso en mente, rodeado de mi familia, mi padre, mi esposa, hijos, nietos y colaboradores, me preparo para los años que siguen con el reto que te da el tiempo y la confianza de estar bien acompañado en el trayecto.

Los planes son muchos. Hay energía, gracias a Dios, queda garganta, salsa y boleros para compartir aún. Trabajo con nuevos proyectos, grabaciones, giras, busco tiempo de calidad para los míos, música nueva, colaboraciones... O sea, que si Dios me permite llegar al siglo, y pasarlo como lo ha hecho don Quique, hay mucha tela pa’ cortar. 

¡Ahora es que comienza la segunda parte!

Camínalo...