El sacrificio y entrega que tiene por su hija al ser madre soltera y sus deseos de superación al venir de un seno familiar humilde bastaron para que la participante Natacha Liz Rodríguez conmoviera a Giselle Blondet al leer su historia durante las pasadas audiciones en la Isla para el reality show Nuestra Belleza Latina que inició ayer, domingo, por Univisión.

Tal relato provocó que la animadora de la competencia que inició su quinta temporada se interesara en visitar el residencial Luis Llorens Torres en Carolina donde la joven, de 23 años de edad, reside con su pequeña Natacha Jolie, de cuatro años, a quien describe como “mi inspiración y mi gasolina para lograr mis sueños en el modelaje”.

Si algo también les impactó a Giselle Blondet y a la producción del espacio televisivo es que la participante ha tenido que revivir con su niña lo que su madre hacía con ella para que no se asustara por los tiroteos en el complejo público.

“Ahora a ella le toca con la nena y uno le dice una mentirita piadosa de que lo que escucha son petardos y no los tiros. La bebé es muy inteligente”, cuenta Ginnette Ocasio, madre de Natacha Liz Rodríguez.

Giselle Blondet, quien no pudo contener las lágrimas tras conocer la historia de Natacha Liz Rodríguez, revela que uno de los propósitos de Nuestra Belleza Latina es resaltar el esfuerzo de las candidatas por superarse y lograr sus metas para llevar el mensaje de que “cuando uno lucha por las cosas que uno quiere, puede mejorar la calidad de vida de uno y de los seres queridos”.

“Siempre hemos conocido muchas historias y esta quinta temporada queremos celebrar todos los logros que han tenido nuestras chicas y qué mejor manera que demostrando la realidad de algunas de ellas, porque son fuentes de inspiración y son chicas que le hacen ver a los demás que sí vale la pena luchar y que no se pueden sentir avergonzadas por sus orígenes, dónde viven, si tienen o no dinero, porque eso no es importante, lo importante es luchar y que pueden lograrlo”.

A la también actriz le marcaron las palabras que Natacha Liz Rodríguez le expresó porque “me dijo de que hay que sentirse orgulloso de quien uno es y yo siempre he pensado en eso, pero cuando uno lo escucha de personas que le ha costado mucho más trabajo (conseguir sus sueños), eso es una gran lección para uno”.

“Ojalá que todas las personas que lean esto entiendan lo importante que es estar cerca de la comunidad y repartir amor. Al fin y al cabo, el amor es el lazo que a todos nos une y no hay nada más grande que eso. Hablamos de guerra, hablamos de problemas, de drogas y de todo, pero en realidad si nos concentráramos en ayudarnos un poquitito unos a otros, estaríamos mejor. La historia de esta familia es impresionante”, precisó la artista, que se mostró simpática con los residentes de la humilde comunidad, a quienes saludó y posó para ser fotografiada.

Emotiva audición

Natacha Liz Rodríguez, quien hace una semana fue notificada por la producción de que fue seleccionada para concursar en Nuestra Belleza Latina, narra que durante la audición en enero en un hotel de San Juan, cuando Giselle Blondet leyó su historia al momento de llamarla, no pudo contener el llanto.

“Comenzó a llorar y le dijeron (de la producción) que no llorara que iban a grabar, y ella dijo: ‘Es que me acuerdo de mis hijos’. Ahí yo me puse a temblar y me paniquié. Ella se identificó conmigo como madre. Me preguntó cómo he sabido superarme a pesar de donde vengo y le dije que ha sido difícil, pero nada es imposible porque gracias a Dios cuento con el apoyo de mis padres”, relata.

Asegura que su filosofía de la vida es que “no hay piedra ni obstáculo que esté en mi camino y si se aparece alguno, lo brinco. Donde vivo hay mucha gente que me apoya y las nenas me dicen que sacaron buenas notas para que les enseñe modelaje”.

Natacha Liz Rodríguez pertenece a la agencia de modelaje Única y ha contado con el apoyo incondicional de su propietaria, Caridad Fernández, quien es la madrina de su pequeña. Cuenta que hubo un tiempo en su vida que las personas a su alrededor no la respaldaban con sus metas de modelar por envidia.

“Esas personas no soportaban verme triunfar por envidia, pero eso no fue un obstáculo, sino que me dio fuerza para seguir”, acota la también cosmetóloga y maquillista, cuyo sueño es volverse famosa en la pasarela.

“Mi hija es mi razón, mi fortaleza, mi gasolina y vivo enamorada de ella. Cada vez que me levanto en las mañanas ella me dice: ‘Mamá, te amo tanto’ . Uno no sabe lo mucho que los padres nos aman y protegen hasta que uno es padre”, expone la joven, quien pasó a la próxima ronda del certamen.