¿Harry quién? 

Con Fantastic Beasts and Where to Find Them, la primera entrega de una propuesta serie de cinco películas, la autora J.K. Rowling demuestra que el alcance de su imaginación es mayor que la fama de su profético héroe infantil. Desprendida de las ataduras del clásico –y trillado- “Viaje del Héroe” que trazó a lo largo de siete novelas, Rowling debuta como guionista de cine retornando a las aventuras de brujas y hechiceros para contar una historia que no solo expande los horizontes de su fascinante universo, sino que lo hace mucho más interesante. 

La habilidad de Rowling para construir este mundo en el que la fantasía y la realidad coexisten secretamente siempre fue su mayor fortaleza como escritora. Esto fue evidente tanto en el papel como en la pantalla de cine, con ocho películas cuyo entorno –así como los personajes secundarios– siempre resultaron más llamativos que sus tres pequeños protagonistas, capitaneados por un personaje principal –y me disculpan, estimados “Potterheads”– bastante insípido. La verdadera magia siempre estuvo en la pluma de Rowling, quien ahora halla en el séptimo arte libertad creativa para elaborar más allá de la enemistad entre “El niño que sobrevivió” y “El que no debe ser nombrado”.

En lugar de un niño que apenas comienza a aprender magia, Fantastic Beasts and Where to Find Them introduce como protagonista a un experto hechicero de nombre “Newt Scamander” -interpretado por Eddie Redmayne– que viaja a Nueva York en 1926 en busca de una extraña criatura que quisiera añadir a la amplia colección que esconde en su maleta, una que sirve de portal a su microcosmo privado. Sin embargo, al llegar ahí se topa con un reglamento más escrito al que rige a los hechiceros en Inglaterra, además de una pequeña pero sólida oposición a la brujería liderada por una secta que jura por su existencia a pesar de que la sociedad la despacha como una locura. 

Rowling, así como el director David Yates y el departamento de arte y vestuario, aprovechan la época al máximo. La guionista se encarga de plantar las semillas de una nueva amenaza que atenta contra la estabilidad del mundo de la magia, a la vez que matiza las idiosincrasias de este con un subtexto que evoca prejuicios anclados en nuestra realidad actual. Por su parte, Yates retorna por quinta vez a este universo como todo un veterano, manteniendo la aventura moviéndose a buen ritmo mientras deslumbra a la audiencia con emocionantes secuencias que van desde una cacería en Central Park hasta batallas mágicas en las entrañas del subway.

Mención aparte merece la labor del elenco, que subraya aún más la gran diferencia entre esta nueva serie y la saga del señor “Potter”, que siempre estuvo limitada por la inexperiencia de tres actores novatos. Aquí, Redmayne se proyecta como un héroe que aún no conocemos del todo, caminando una línea muy fina entre la timidez y la simpatía con un papel que le exige actuar de manera introspectiva pero invitado a querer saber más de él. A su trabajo se le suma el de Katherine Waterston como una determinada e invencible ex investigadora, Dan Fogler como el “nomag” (persona sin magia) que se hace amigo de “Newt” y Colin Farrell como uno de los líderes dentro del congreso de magia.

En un año que ha estado inundando de blockbusters desechables, Fantastic Beasts and Where to Find Them sobresale como una de las apuestas más prometedoras de uno de los grandes estudios de Hollywood. Mientras la mayoría no provocan la más mínima curiosidad, Rowling se asegura de dejar al público deseoso de ver el próximo capítulo lo antes posible, algo que este servidor jamás pudo decir de las películas de “Harry Potter”.