Una comedia puede ser grosera, chabacana -incluso ofensiva- y estar poblada por personajes desagradables y bidimensionales con los que jamás quisieras pasar más de 30 minutos de tu vida, pero si cumple con hacer reír, lo anterior se puede ir al infierno. Esto lo dice alguien que vio el corto Mike and Dave Need Wedding Dates y esperaba lo peor de lo peor. Que conste: la película es todas esas cosas, una burda comedia juvenil tanto en el espíritu como en el nivel de madurez de su sentido del humor, pero las constantes carcajadas turbaron el enfoque en sus deficiencias. 

Inspirados en uno de esos fenómenos “virales” que conceden fama –o infamia- por uno o dos días, los protagonistas “Mike” y “Dave” –interpretados respectivamente por Adam Devine y Zac Efron- son unos hermanos fiesteros que son forzados por su padre a llevar acompañantes decentes a la boda de su hermana para que los mantengan en línea y no les hagan pasar otra vergüenza a la familia. Para ello, publican un anuncio en el portal Craigslist donde reciben miles de solicitantes, entre ellas “Alice” (Anna Kendrick) y “Tatiana” (Aubrey Plaza), quienes son esencialmente “Mike” and “Dave” pero con ovarios.

La premisa les da rienda suelta a los guionistas Andrew Jay Cohen y Brendan O’Brien (Neighbors) para trasladar a este cuarteto a Hawai y colocarlo en una serie de incómodas situaciones en las que ni ellos ni ellas quieren revelar su verdadera naturaleza. El objetivo de ellos es acostarse con estas “respetuosas damas” mientras que el de ellas es lucrarse de un viaje con todos los gastos pagados. Como es de esperarse, la verdad no se mantiene oculta por mucho tiempo.

El humor contiene un aire de improvisación que aprovecha esta facultad de Efron, Devine y –especialmente- Plaza, para conseguir los mejores chistes de acuerdo a sus respectivas destrezas cómicas, y en este departamento las actrices sobresalen. El título podrá decir “Mike and Dave”, pero la realidad es que son Plaza y Kendrick las que cargan con la película. La primera refuerza el hecho de que la comedia soez no es exclusiva del sexo masculino, algo que ya había demostrado en The To Do List, mientras que Kendrick consigue darle algo parecido a un arco emocional a su personaje que, aunque superficial, es más de lo que el libreto le provee.

La dirección del Jake Szymanski no podría ser más rudimentaria, y cabe recalcar que la mayoría de los chistes que funcionan –y hay muchos de ellos- parecen más producto de la improvisación que del guión, uno que probablemente fue utilizado más como un esqueleto, pero lo importante en este caso es que la película termina dando gracia. Cuando de comedias se trata, no hay mejor barómetro.