Nadie puede aseverar categóricamente de qué trata Persona, y quien jure haber hallado la clave para descifrar los misterios que abundan en esta película peca de pretencioso. El esotérico largometraje dirigido por Ingmar Bergman evita circunscribirse a una clasificación y abarca muchísimo más que una sola interpretación. En él habita el principio del cine, la dualidad humana, los horrores del mundo y los miedos de la reproducción, entre muchos otros temas que se pueden extrapolar del fascinante guión escrito por el renombrado cineasta sueco mientras se recuperaba de una neumonía en un hospital.

En su libro Images: My Life in Film, Bergman escribió: “Siento que con Persona –y más adelante Cries and Whispers- he llegado tan lejos como podía llegar. Y en estas dos instancias, trabajando con absoluta libertad, he tocado secretos innombrables que solo el cine puede descubrir”. El filme ciertamente se distingue de los otros trabajos que realizó durante sus primeras dos décadas en el medio, distanciándose especialmente de los cuestionamientos teológicos que representaron sus mayores expresiones creativas de la primera mitad de la década del 60 que alcanzó su cenit en la trilogía compuesta por Through a Glass Darkly (1961), Winter Light (1963) y The Silence (1963). Incluso al examinar su canon posterior a Persona, ningún otro se le acerca en términos de libertad y osadía narrativa.

La premisa es una muy simple: una enfermera se muda a una casa de verano para cuidar de una actriz que abruptamente ha dejado de hablar. Visto de esta forma, sería como decir que 2001: A Space Odyssey es acerca de un viaje de la humanidad a Júpiter. Antes de arrancar con la trama, Bergman nos confronta con la esencia del cine mediante uno de los mejores prólogos en la historia del séptimo arte que inicia con el encendido de la luz que permite la proyección de imágenes dentro de un proyector.  Vemos cómo la película corre dentro de este y nos muestra varias imágenes sacadas del cine mudo hasta llegar a un niño acostado sobre una camilla. Aparenta estar muerto pero despierta y toca nuestra pantalla. Esta es la primera vez que Bergman romperá con la cuarta pared a lo largo de la cinta, recordándonos que todo lo que estamos viendo forma parte del artificio del cine.

Bibi Andersson y Liv Ullmann, dos de las mayores musas de Bergman, interpretan respectivamente a la enfermera “Alma” y la actriz “Elisabeth”. Los roles de paciente y cuidadora se invierten constantemente entre ellas durante su tiempo en la casa. En “Elisabeth”, “Alma” ve la oportunidad para expresar todo lo que se ha reservado, incluyendo la remembranza de una orgía en la que participó junto a una amiga y dos desconocidos en una playa. Su relato es tan lúcido que es posible imaginarse el encuentro carnal aun cuando Bergman mantiene la cámara apuntada a ella. No conozco de ninguna otra escena que haya sido capaz de ser tan abrumadoramente erótica sin necesidad de ser explícita.

Aunque Andersson es quien parece ser la que tiene que cargar con el mayor peso histriónico –Persona es básicamente un monólogo interpretado por ella- la presencia de Ullman es tan poderosa que parece hablar sin mover los labios. Bergman dijo: “El rostro humano es el gran tema del cine. Todo está ahí”, y como prueba de esto la mayoría de sus tiros aquí son close-ups extremos que, a través de la extraordinaria cinematografía de Sven Nykvist, moldean con claroscuros las caras de las actrices y resaltan el brillo en sus miradas penetrantes que dirigen directamente a nosotros. Es una experiencia sumamente íntima que se subraya mediante el formato 1.37:1 que atrapa a las protagonistas en un recuadro cerrado del cual parecen querer escapar.

Desde su estreno en 1966, Persona ha influenciado a cineastas de la talla de Altman (3 Women), Allen (Stardust Memories), Fincher (Fight Club), Lynch (Mulholland Drive) y Almodóvar (Hable con ella), entre muchos más. Es un filme que marca a cualquiera que lo haya visto, y uno de sus mayores virtudes es la manera como sus significados se transforman cada vez que la volvemos a ver. Tras hacerlo ahora por segunda ocasión, la idea que más resonó en mí fue la de la dualidad del ser humano. La palabra “Persona” proviene del latín y significa “máscara”, y en la película son muchas las que se quitan y se ponen, las que mostramos a los demás y la que vemos en el espejo. Estoy ansioso por ver qué más encontraré en ella cuando la revisite en múltiples ocasiones en el futuro.  

El disco

La extraordinaria cinematografía de Sven Nykvist es impecablemente reproducida en esta edición en Blu-ray. La impactante imagen en blanco y negro -presenta en su formato original 1.37:1 en resolución 1080p- resalta hasta el más mínimo detalle en los múltiples close-ups que figuran a lo largo de la película, cualidad que también se aprecia notablemente en las tomas de paisajes filmadas en la isla Fårö, en Suecia, localidad predilecta de Bergman para muchos de sus largometrajes. El nivel de contraste es perfecto y apenas se pueden divisar señales de deterioro en la copia. Persona nunca se ha visto mejor en formato casero.

El disco incluye una pista de audio LPCM 1.0 en sueco con subtítulos en inglés. Al tratarse de un filme mayormente dialógico, no se necesita más que el canal central por el cual todo se escucha claramente.

En términos de extras, los admiradores de esta obra maestra quedarán más que complacidos con lo que Criterion puso en esta edición, empezando por el documental Liv & Ingmar -dirigido por Dheeraj Akolkar- centrado a la fructífera colaboración entre Ullman y Bergman que se extendió por décadas.

Adicional a eso, tenemos una serie de entrevistas tanto de archivo –a Bergman, Ullman y Andersson- como nuevas, realizadas por Criterion el año pasado a Ullman y el director Paul Schrader, quien quedó marcado por Persona cuando la vio por primera vez durante sus años universitarios.

También se incluye material filmado durante la producción del filme. Los 19 minutos se presentan sin audio pero acompañados por los comentarios de la catedrática en la filmografía de Bergman, Birgitta Steene.

Mi suplemento favorito fue el nuevo vídeo ensayo del catedrático de cine Peter Cowie, Persona’s Prologue: A Poem in Images, acerca del inolvidable prólogo.

Por último tenemos el tráiler de la película y un panfleto ilustrado que contiene un ensayo del historiador cinematográfico Thomas Elsaesser, y extractos de entrevistas con Bergman y Andersson.

*Esta edición también incluye copia del largometraje en DVD.

En síntesis

Persona es una de las mayores obras de Bergman (si me preguntan a mí, es LA obra maestra del director) y este fantástico Blu-ray es un digno tributo a ella. La presentación audiovisual está por todo lo alto y no se podría pedir mucho más en cuestión de suplementos. Los curiosos quizá querrán verla antes –lo cual pueden hacer en el canal de Criterion en Hulu si están suscritos al servicio Plus- pero mi recomendación es que la compren a ciegas si son admiradores de Bergman.