“Benjamin Braddock”, protagonista del clásico The Graduate, es un ente en estado de inercia, tanto así que la emblemática secuencia de créditos de este filme de 1967 lo ubica en una de esas pasarelas móviles características de los aeropuertos para impulsarlo en lo que aparenta ser contracorriente. La dirección de su movimiento en pantalla de derecha a izquierda no es puro accidente, sino una de las maneras como el director Mike Nichols expresa visualmente la naturaleza de este personaje, tan aterrado ante la idea de su futuro –usualmente ubicado al extremo derecho de una línea recta- que parece preferir regresar al pasado.

El recién graduado de la universidad –donde obtuvo altos honores- es interpretado por Dustin Hoffman en una de las grandes actuaciones del cine. Resulta imposible imaginar a otro actor encarnando este papel para el que el estudio originalmente quería a un típico galán de la talla de Robert Redford. Nichols, sin embargo, vio en Hoffman la ingenuidad y nerviosismo que “Ben” requería, y luchó para imponer su decisión de que él era el hombre correcto. Basta con ver cinco minutos de la película para darle toda la razón. En su primer rol protagónico, Hoffman inmortalizó a una de las figuras más icónicas de la pantalla grande, demostrando categóricamente que estaba destinado a ser uno de los grandes a través de su hábil manejo de emociones diametralmente opuestas que van cambiando a medida que se desarrolla el argumento. 

Basada en la novela homónima de Charles Web, The Graduate es una hilarante comedia, pero las risas están ahí para esconder la oscuridad subyacente de la obra a través de una sardónica mirada a las trágicas vidas de dos familias económicamente privilegiadas corrompidas por un ilícito romance. Todo comienza en la noche que los padres de “Benjamin” celebran su graduación. Aunque la trama no entra en asuntos políticos, una simple noción de la historia estadounidense de finales de la turbulenta década del 60 sería suficiente para inferir por qué el joven estaría temeroso de su futuro. A su rescate –y más tarde, para su desgracia- llega “Mrs. Robinson”, la íntima amiga de sus padres, interpretada por Anne Bancroft en una actuación tan seductora que fácilmente haría de cualquiera un fumador compulsivo con tal de compartir un cigarrillo con ella.

Entre ambos se da un idilio que se prolonga por meses, hallando un alivio puramente carnal a sus respectivos martirios. Al principio es fácil ver a “Ben” como el héroe de la cinta, el impulsivo soñador que se vale de coraje y termina la película con ganas de devorar el mundo, aun cuando acaba la película con la misma incertidumbre con la que comenzó, célebremente expuesta en uno de los mejores tiros finales del séptimo arte.

Sin embargo, The Graduate es una de esas películas que se transforma a medida que la edad influye en la perspectiva. Tras verla para propósitos de esta reseña, no pude evitar sentir mayor empatía por “Mrs. Robinson”, la desdichada ama de casa que se casó por necesidad y conveniencia. Bancroft matiza las penas de su personaje detrás de su poder de persuasión y absoluta sensualidad. Más que la villana, su rol es el de una víctima que sirve de moraleja a los jóvenes amantes que figuran en el final de la historia, ambos destinados a repetir sus mismos errores.

Mención aparte merece la dirección de Nichols, quien trajo sus destrezas teatrales y las puso al servicio de un filme en el que predominan las tomas de larga duración y los planos secuenciales que les permiten a los actores habitar las pieles de sus personajes sin interrupciones. Escucharlo conversar con el director Steven Soderbergh en la pista de comentario que incluye este lanzamiento debería ser una asignatura obligatoria para toda persona interesada en el proceso cinematográfico.

El disco

Tras ser recientemente restaurada en resolución 4K, The Graduate luce excelente en esta nueva edición en Blu-ray, con una imagen que goza de gran claridad y nivel de detalle que viene con el sello de aprobación del director Mike Nichols. En el campo auditivo, Criterion incluye la pista original LPCM 1.0 que se escucha perfectamente bien. Sin embargo,  la nueva mezcla en 5.1 DTS-HD Master Audio –supervisada por Nichols antes de fallecer en el 2014- amplia considerablemente la presencia del clásico soundtrack de Simon & Garfunkel, por lo que recomiendo que la vean así, por más puristas audiovisuales que puedan ser.

En términos de extras, el disco viene colmado de ellos, comenzando por una nueva entrevista realizada a Dustin Hoffman en la que aborda varios aspectos de la película que –según él- cambió su vida para siempre. También tenemos una nueva conversación entre el guionista Buck Henry y el productor Lawrence Turman donde hablan del proceso de adaptación de la novela original de Charles Webb así como su colaboración con Mike Nichols.


El mayor tesoro escondido del disco lo es la pista de comentario en la que Steven Soderbergh y Mike Nichols discuten el filme mientras lo observamos. Soderbergh es uno de los mejores directores que realiza pistas de comentarios, y su plática aquí con Nichols aborda todos los temas  imaginables de The Graduate, desde su producción, hasta la recepción crítica y las decisiones detrás de particulares tiros de cámara. La otra pista de audio gira en torno a Howard Suber, un catedrático en cine de UCLA más enfocada en el personaje de “Ben Braddock”.

También se incluyen las pruebas que grabaron varios actores en las audiciones para la película; un episodio de The Dick Cavett Show en el que Paul Simon habla acerca de su aportación musical; una entrevista que le hizo Barbara Walters a Nichols en 1966; un reportaje del 25 aniversario del filme en 1992 que contiene entrevistas con las mayores figuras detrás de su realización; un documental enfocado en el impacto de The Graduate no solo en términos culturales sino también su influencia en cineastas como Marc Foster y David O. Russell; una entrevista a Bobbie O’Steen, viuda del editor Sam O’Steen; el tráiler original de la cinta y un panfleto ilustrado con un ensayo del crítico de cine Frank Rich.