Un estudio de la Sociedad Británica de Psicología estableció hace varios años que la inteligencia de los hombres disminuye cuando contemplan mujeres desnudas. Esta idea fue expresada para referirse a la forma en cómo el público ve escenas o filmes en el cine que tienen principios pornográficos, los cuales son “camuflados” como cine erótico, aunque realmente no lo sean. Según dicha sociedad, la pornografía y lo erótico poseen una línea difusa que se rompe en breves momentos o en criterios cinematográficos que no se contemplan, convirtiendo una cinta erótica en todo un monumento a los filmes pornográficos.

Por ello, retomando los valores expresados por la Sociedad Británica de Psicología, el periódico “El País” hizo un repaso por estas producciones cinematográficas que fueron catalogadas como cine erótica, difundidas en todo el mundo y apreciadas por la crítica profesional y el público en general.

Y tu mamá también (2001): triángulos amorosos irreales 

Si hay una película que tiende a perderse en la difusa línea entre erótico y pornográfico esa es “Y tu mamá también”, de Alfonso Cuarón. La cinta narra la historia de Tenoch (Diego Luna) y Julio (Gael García Bernal), dos jóvenes mexicanos que conocen en una fiesta a una tal Luisa (Maribel Verdú), una española diez años mayor que ellos, casada con un primo de Tenoch y un poco deprimida. Sin pensárselo dos veces, Luisa y los dos amigos emprenderán juntos un viaje en coche a la deriva lleno de tensiones, peleas y mucho sexo. La película se rinde ante la tendencia pornográfica en el sentido que le atribuye al triángulo sexual o la relación de tres personas que solo satisfacen sus necesidades sexuales al estar en multitud. El sexo es expuesto como una necesidad conjunta y potencia el mito del “placer a toda costa”, el cual es una de las premisas más importantes del cine pornográfico. La película fue clasificada exclusivamente para mayores de edad en México, lo que provocó manifestaciones en las puertas de los cines de menores que querían entrar para contemplar las artes amatorias de la Verdú.

Ojos bien cerrados (1999): Placer eterno en un concepto distorsionado

Una de las películas más aclamadas por la crítica cinematográfica ha sido “Ojos bien cerrados”, del director Stanley Kubrick. La historia cuenta cómo William (Tom Cruise), prestigioso médico neoyorquino y cabeza de una familia feliz, ve cómo su vida da un vuelco cuando su mujer Alice (Nicole Kidman) le confiesa que ha tenido fantasías sexuales con desconocidos. A raíz de esto, William explora sus propias perversiones, tomando contacto con una sociedad secreta consagrada a la búsqueda del placer.

Según la Sociedad Británica de Psicología, la película muestra una retorcida visión del sexo, a través de la larguísima escena de la orgía de máscaras, donde se mezclan inquietantes ritos paganos con todo tipo de aberraciones sexuales, hasta las tórridas escenas de alcoba donde, efectivamente, vemos a Nicole Kidman sin ropa. Todo ello abona a un concepto de las relaciones sexuales con una idea de un placer eterno, inacabable e insaciable, lo que distorsiona la realidad del sexo.

La película fue tan aclamada en esas escenas que varios filmes de la industria pornográfica han retomado dichas escenas para varios de sus mejores éxitos hasta la fecha.

El último tango en parís (1972): Agresividad sexual que cautivó al mundo 

La película es considerada uno de los clásicos más grandes del cine, sin embargo, hace varios meses volvió a estar en boca de todos luego de que la actriz francesa, Maria Schneider,  declarara haberse sentido “violada” en una de las escenas icónicas de la cinta. La película trata sobre un estadounidense de edad madura (Marlon Brando) y una joven francesa (Maria Schneider) que se encuentran por casualidad cuando van a ver un piso vacío en París, y acaban manteniendo relaciones sexuales de manera casi espontánea. Después, se citan para un nuevo encuentro sexual sin preguntarse ni los nombres. La Sociedad Británica de Psicología la cataloga como la muestra pornográfica más palpable del cine y como una cinta “adelantada a su época”, ya que la idea de la sodomía en las relaciones sexuales no era tan explícita en 1972. La cinta posee una de las escenas más aterradoras de la historia del cine en el momento en que el personaje de Brando sodomiza con mantequilla al personaje de Schneider. La idea, según el director, Bernardo Bertolucci, se le ocurrió mientras desayunaba una rodaja de pan con mantequilla y no se la comentó a la actriz para darle más realismo a la filmación.

Nymphomaniac (2013): Fantasías extremas 

La cinta cuenta como un viejo solterón (Stellan Skarsgard) se tropieza en una calle solitaria con una joven herida (Charlotte Gainsbourg). Tras llevarla a su casa, la chica le cuenta los pormenores de su vida, que ha estado llena de sexo en abundancia. El motivo por el que podría catalogarse como pornográfica es porque simplemente su director, Lars von Trier, así lo describió. La cinta tiene una duración total de cinco horas y media y fue entregada en dos partes. No tuvo mayor difusión en cines debido a su clasificación (para mayores de 21 años), pero fue en una entrevista en que Von Trier le dio la categoría de pornográfica. “La película es pornográfica. No hay más debate”, declaró el director durante la rueda de prensa de su estreno en Suecia.

Henry y June (1990)

La “pornohistoria” de un novelista Ambientada en los años 30, la película está inspirada en los diarios de la escritora Anaïs Nin (interpretada por Maria de Medeiros), especialmente en la relación que tuvo con el novelista Henry Miller (Fred Ward) y su esposa June (Uma Thurman). La película, según la Sociedad Británica de Psicología, contiene un alto grado de relaciones lésbicas duras y concretas, sin cameos que logran “desviar” la atención y reducir el impacto de las imágenes, por lo que es categorizada como pornográfica, a pesar de los argumentos de sus actores, las cuales sostenían que no lo era.