Robert Block, autor de la novela Psycho que fue adaptada al cine por Alfred Hitchcock, dijo que “el horror es la eliminación de las máscaras”, y hay mucha verdad en su aseveración, pues a veces una máscara, por más espantosa que sea, esconde algo aun peor.

En el medio cinematográfico, las películas de horror se han encargado de grabar en nuestras memorias una variedad de máscaras que se han vuelto emblemáticas del género, entre ellas la “maldita trinidad” de Jason, Leatherface y Michael Myers en las respectivas series de Friday the 13th, Texas Chainsaw Massacre y Halloween.

Mañana llega a la Isla otra cinta de esta índole con personajes enmascarados titulada You’re Next, filme de terror del subgénero “home invasion”, que también busca contribuir a la colección de máscaras que invaden las pesadillas.

Con motivo de este estreno, aprovechamos para resaltar otras máscaras que quizá han sido opacadas por las lucidas por los monstruos y psicópatas e, incluso, algunas que no son exclusivas de ellos.

Eyes Wide Shut

El último largometraje del gran Stanley Kubrick es precisamente acerca de máscaras, tanto literal como figurativamente. En la escena más memorable del filme, el personaje del médico –interpretado por Tom Cruise- visita una mansión en la que se realiza un misterioso ritual seguido por una orgía en la que todos los invitados lucen máscaras.

Silence of the Lambs

La pieza que se coloca en el rostro de Hannibal Lecter, más que una máscara, es un tipo de bozal para proteger a las personas de la boca con la que ha devorado a sus víctimas. Aunque la usa poco en el escalofriante filme de Jonathan Demme, la imagen se inolvidable e incluso resalta la mirada penetrante, perdida y depredadora de Anthony Hopkins.

V for Vendetta

Apropiada por manifestantes alrededor del mundo como símbolo de anonimato y revolución contra el estado, la máscara del anarquista británico Guy Fawkes irrumpió en la cultura popular en los años 80 por medio de la novela gráfica V for Vendetta de Alan Moore y, posteriormente, por la adaptación cinematográfica.

Eyes Without a Face

En este largometraje francés de 1960, una máscara esconde el rostro desfigurado de una joven que sufrió un accidente de tránsito. Su enloquecido padre, obsesionado con devolverle su belleza, rapta mujeres para quitarles quirúrgicamente sus caras. Dirigido por Georges Franju, el filme es un clásico ejemplo de horror gótico.

Drive

En el caso de esta película de Nicolas Winding Refn, la máscara de goma que cubre el “baby face” de Ryan Gosling sirve a modo de transformación, pues con ella puesta no queda rastro del galán de Hollywood y solo observamos al desencajado hombre propenso a la violencia extrema que habita dentro de su personaje.

The Mask

Se podría decir que la cara del comediante Jim Carrey ya de por sí es una máscara. Las muecas que caracterizan las primeras películas del actor demuestran un inhumano nivel de elasticidad que alcanza su máxima expresión en esta divertidísima comedia en la que una máscara saca a relucir el verdadero carácter de quien se la pone.

The Dark Knight

Cuando una máscara cubre completamente un rostro, la actuación reside en el cuerpo y la voz del actor que la lleva puesta. Antes de ver el desfigurado rostro de su personaje en cámara, Heath Ledger introdujo al mundo a su versión del Joker mediante un calculado lenguaje corporal y la siniestra voz que caracterizaría a uno de los villanos más memorables de los últimos años.

Star Wars

A pesar de los muchos héroes que se encuentran en la famosísima serie de George Lucas, es la figura de su villano, Darth Vader, la que despunta como la más iconográfica de ella. Entre la estatura del actor David Prowse, la potente voz de James Earl Jones y el diseño de Ralph McQuirre, el  jedi caído es una presencia absolutamente intimidante.

El orfanato

La ópera prima del cineasta español Juan Antonio Bayona es un clásico contemporáneo del género del horror gracias a su escalofriante atmósfera, una espeluznante historia y la inquietante imagen –por decir poco- del huérfano Tomás, quien escondía su deforme cara con un viejo saco.

The Shining

El tiro de cámara dura apenas 10 segundos, pero son más que suficientes para desconcertar a cualquiera que ha visto este largometraje de Stanley Kubrick. La secuencia que muestra a alguien luciendo un disfraz y máscara de oso junto a un hombre en etiqueta es posiblemente la imagen más espantosa de una película que está repleta de ellas.