La película Ferdinand, que narra la historia de un toro español que prefiere oler flores a embestir, llega tras la adaptación que hizo 20th Century Fox del cuento de Munro Leaf, publicado en 1936.

Trata sobre un toro manso y sensible, al que no le interesa embestir, sino que disfruta oliendo flores y cuidando de los suyos, pero al que toman por un toro bravo y lo envían a la Plaza de las Ventas de Madrid, donde se enfrenta al diestro más conocido de España, “El Primero”. 

Ferdinand muestra que “a veces las apariencias engañan” y que lo importante es “ser tú mismo” y no “cómo te vean los demás por fuera”, explicó el director de la película, Carlos Saldanha.

La historia de Ferdinand es muy conocida en Estados Unidos convirtiéndose en un clásico que pasó de generación en generación, e incluso Disney le dedicó en 1939 un cortometraje que logró un Oscar.

Sin embargo, el cuento sufrió la censura en países como España, donde el franquismo vio en este toro “antitaurino” un defensor de los valores pacifistas e incluso republicanos.

Carlos Saldanha (Ice Age y Río) persiguió durante años los derechos del cuento, y cuando los consiguió se dio cuenta que tenía una ardua tarea por delante: hacer de un relato breve un largometraje.

Resolvió incorporando personajes inéditos, sin moverse de la “esencia”, e ideó cuatro nuevos toros que acompañarían a “Ferdinand” (“Guapo”, “Valiente”, “Bones” y “Angus”), a la excéntrica cabra “Lupe”, a tres traviesos erizos y a un grupo de presumidos caballos.

Todos los toros tienen las mismas ansiedades e inseguridades, y es “Ferdinand”, el más sensible, quien les hace comprender que un toro también puede llorar.

Son muchas las voces que ven en “Ferdinand” un mensaje de lucha contra el bulliyng, e incluso una defensa implícita de la diversidad de género. “No importa para nada cómo te vea la gente porque te tienen que ver como tú te sientes por dentro”, explicó Saldanha.