“Yo vivía en la misma zona que vivían los Puccio, en San Isidro. Durante toda mi etapa escolar y adolescencia pasé por la puerta de esa casa centenares de veces sin saber lo que ocurría  adentro”, recuerda el actor argentino Guillermo Francella, protagonista del filme El clan, en el que interpreta a quien fuese su vecino, Arquímedes Puccio. Más de 30 años después de haber compartido las mismas aceras con uno de los criminales más notorios de Argentina, la voz de Francella aún destila cierto grado de incredulidad al evocar aquellos días, y es que cuesta trabajo creer los acontecimientos de una historia descabellada pero escalofriantemente real.

“Fue un tema con el que todos nos quedamos perplejos. Era una familia absolutamente normal, cotidiana. Tenían una rotisería en la que todos los vecinos compraban comida. La mamá era buena gente, las chicas estaban en etapa escolar, los chicos deportistas, uno de ellos llegó hasta el seleccionado. El patriarca, Arquímedes, tenía una actitud afable, educada con sus vecinos. Iban a misa todos los domingos. Todos creíamos que era mentira”, asegura el actor acerca de aquel momento en 1985 cuando su amable vecino fue arrestado y posteriormente condenado a cadena perpetua.

Puccio fue acusado de cometer –bajo la cobija de la antigua dictadura- una serie de secuestros que involucraban a todo su núcleo familiar como cómplices de las barbaridades que se perpetuaban en el sótano de su residencia. El infame caso se reseña en el largometraje del director Pablo Trapero, quien según Francella llevaba años queriendo adaptarlo a la pantalla grande.

“Trapero hacía muchos años que tenía ganas de contar esta historia. Yo no lo conocía a él más allá de su filmografía, la cual respeto mucho, y me invitó a tomar un café para hablarme del proyecto”, recuenta vía telefónica el actor argentino acerca de cómo se involucró en El clan. “Cuando me dijo que era la historia de los Puccio yo quedé sorprendido, pues creo que sabía hasta más que él de la misma. Así que cuando me ofreció interpretar a nada más y nada menos que a Arquímedes Puccio eso fue muy estimulante para mí como actor”.

Conocido mayormente por papeles cómicos, como en la reciente El misterio de la felicidad, la oportunidad de interpretar un papel tan distinto a los que acostumbra a encarnar representó una oportunidad para Francella que no podía dejar pasar.

“Explorar desde de lo interpretativo algo diferente como actor siempre es un gran atractivo, y algo tan oscuro, tan antagónico a otros roles como los personajes cómicos, que son por los que me conoce la mayor parte de Latinoamérica, esto prometía ser algo muy diferente”, explica el artista de 60 años, a la vez que relata lo que diferenció este rol de otros en su carrera.   

“Mi grado de concentración fue mayor por tratarse de un personaje de la vida real, y no había testimonios en vídeo para copiar y ver cómo caminaba, cómo hablaba, su postura, nada. Entonces fue muy importante la investigación que realizó Trapero con las familias de las víctimas, los que le conocían, los amigos de los hijos que visitaban su casa. Ellos nos contaban poco a poco su forma de ser. Era un tipo severo, manipulador, y fuimos eligiendo caminos para dar con el Arquímedes que Trapero quería”, asevera Francella, cuya transformación física fue una de sus principales herramientas a la hora de meterse en la piel de Puccio.

“El no reconocerme y verme despojado de cualquier recurso que pudiese llevar conmigo, porque uno en lo interpretativo a veces se apega a recursos que resultan cómodos, pero acá el no poder ver en nada al Guillermo Francella que conozco muy bien y conoce la gente, ese fue el objetivo. No reconocerme, no solo en lo estético, sino en nada. Ese fue mi objetivo y lo que también quería Trapero. Se trabajó mucho la  mirada gélida, sin pestañear, la postura… fue muy interesante”, explica el actor, quien –al igual que la inmensa mayoría de los cinéfilos- no es fan de los remakes, menos cuando se trata de películas en las que él actúo.

“Depende”, responde Francella –estirando la palabra en su titubeo- al preguntarle qué opina de los remakes de El secreto de sus ojos y Corazón de león.

“Vi el tráiler del remake de El secreto de sus ojos y no podía creerlo. Parecía una película nueva. No me gusta ese tipo de remake. Me gustan los cambios de encuadres, de tono, pero de ahí a querer cambiar la historia de una película ganadora del Oscar, no me pareció saludable. Lo convirtieron en un thriller, en una película de suspenso. ¡Nada que ver!”, protestó Francella, antes de hablar mejor de las versiones colombiana y francesa de Corazón de león.

Resulta que, a veces, los actores sí son exactamente como nosotros. 

El clan se exhibe actualmente en Fine Arts Café.