MÉXICO.- Los admiradores del clásico "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry no se sentirán defraudados al ver la película animada del director estadounidense Mark Osborne.

La cinta está actualmente en cartelera en Chile y Colombia. En México tendrá funciones de preestreno este fin de semana y llegará a los cines el 13 de noviembre. Su realización tomó más de cinco años y el trabajo de cientos de personas, pues había un equipo de animación cuadro por cuadro y otro dedicado a animación por computadora.

"Lo increíble es que este enorme equipo, que trabajó desde el principio hasta el final, con la música, cada uno adora el libro. Quería encontrar gente que amara el libro y quisiera ayudar a preservarlo", dijo Osborne en una entrevista reciente con The Associated Press en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde presentó la película. "Todos dieron su corazón para tratar de proyectar ese amor".

La primera vez que le propusieron el proyecto Osborne se negó porque se le hacía muy difícil apegarse completamente al libro. Sin embargo, se decidió con la meta de acercar la historia a nuevas generaciones. La cinta tiene el aval de la familia de Saint-Exupéry, cuyo libro se mantiene como uno de los más vendidos a nivel mundial a 72 años de su publicación.

"'El Principito' me dio la oportunidad de mirar al interior y encontrar una historia muy personal que también celebrara esta increíble obra literaria. Creo que nunca había pensado en hacer una adaptación y esta es una adaptación increíblemente desafiante. Por eso elegí hacer algo que no fuera tradicional, ni una adaptación fiel, sino algo más como un homenaje y una celebración de este libro", explicó.

Para el director, nominado al Oscar por "Kung Fu Panda" y el cortometraje animado "More", lo más difícil de esta adaptación es que cada quien tiene una interpretación de "El Principito" y sus lectores abarcan niños y adultos por igual.

"Por eso era tan importante para mí crear un personaje y que la película fuera sobre la conexión de ese personaje con el libro y su experiencia con él... Eso es lo que nos une a todos, eso es el punto en común entre cada país y cada edad", añadió.

La cinta presenta a una niña que vive sólo con su madre en una ciudad donde sus habitantes tienen casas cuadradas, circulan de manera recta por las calles y están sumidos en sus obligaciones, ya sea ir a la escuela o al trabajo. El único que no hace nada de esto es su nuevo vecino, un anciano aviador. Un día, durante las vacaciones de verano, el anciano le lanza un avión de papel a la niña, y así comienza la historia de El Principito.

Para Osborne, "El Principito" es un libro muy importante en su vida. Su esposa le regaló su propio ejemplar cuando eran novios en Nueva York y él no estaba seguro de irse a estudiar animación a California.

"Me lo dio como una forma de mantenernos conectados y dijo una frase del libro: 'Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es indivisible a los ojos", recordó.

Tras superar esta distancia la pareja se casó y tuvo hijos, quienes de algún modo también formaron parte de la película.

"Mi hija fue la inspiración para la niña de la cinta y también mi musa, me ayudó a crear ese personaje", apuntó el director originario de Nueva Jersey. "Y con mi hijo fue lo mismo para El Principito: lo grabamos cuando tenía 11 años y era adorable, nadie me dejó cambiarlo, decían que era muy bueno. Su voz está en la versión final en inglés".

Para la versión en español la risa de El Principito es la del hijo de Osborne, quien tiene ahora 14 años. La actriz mexicana Cecilia Suárez hace la voz de la madre de la niña, una mujer extremadamente organizada que ha hecho el plan de vida de su hija contemplando cada una de sus actividades y múltiples obligaciones sin dejar espacio para la diversión.

"Es una mujer preocupada por el bienestar de su hija, deseando lo mejor para su hija, pero que se ve rebasada por la responsabilidad", dijo Suárez. "Habla un poco de las nuevas estructuras familiares con las que nos toca hoy en día vivir y de cómo poder sortear estos nuevos formatos".

La cinta destaca por sus texturas ricas: las secuencias que retratan a El Principito en la imaginación de la niña fueron hechas en papel, totalmente a mano, incluyendo la ropa de los personajes, la cola del zorro que conoce El Principito, o la arena del desierto a donde se encuentra con el aviador.

"Desde el principio sabía que íbamos a combinar animación generada por computadora con animación cuadro por cuadro", dijo Osborne. "Usamos muchas técnicas de iluminación y atmósferas en computadora para crear una sensación similar al cuadro por cuadro" en las secuencias que unen ambas técnicas.

La obra del japonés Hayao Miyazaki ("El increíble castillo vagabundo", "El viaje de Chihiro") fue una de las referencias de Osborne para el tono que buscaba para la cinta. "Algo muy emotivo, personal, poético y delicado, pero también con aventuras, alegría, humor y tristeza. Quería plasmar todos los elementos del libro", señaló el director.