Pídale a alguien que describa o imite las acciones de un superhéroe y la mayoría pensarán inmediatamente en Superman. Se colocará una toalla alrededor de los hombros, asumirá una pose con los puños colocados firmemente en la cintura, con el pecho inflado, y habrá incluso quien intentará alzar vuelo mientras sopla para simular el viento.

Por los últimos 75 años, el llamado “Hombre de acero” ha estado engranado en el ADN de la cultura popular. El mundialmente famoso personaje de DC Comics ha recorrido todos los medios de entretenimiento posible y, por más que han intentado modernizarlo, en escancia continúa siendo el mismo inmigrante de otro planeta cuyo carácter resalta los valores más puros de la humanidad, independientemente de raza, género o creencia. 

Su naturaleza incorruptible lo hará ver utópico, anticuado, irreal… pero eso es precisamente lo que lo hace tan necesario, más aun en momentos de crisis, como lo fue la Gran Depresión en Estados Unidos, cuando su función fue de activista social a favor de los marginados, o durante la Segunda Guerra Mundial, como símbolo de apoyo a las fuerzas aliadas. Su regreso la semana entrante a la pantalla grande en el filme Man of Steel se da en momentos cuando no atravesamos ningún conflicto de esa escala, pero su retorno representa una nueva oportunidad de cosechar más fanáticos y cautivar a aquellos niños, ahora adultos, que nos hizo creer que éramos capaces de volar mientras tarareábamos las primeras nota de la icónica banda sonora del maestro John Williams.

Ta tara tata… ¡TA TA TA!

El origen de Superman en la ficción es actualmente tan conocido como cualquier cuento de niños: el último hijo de Krypton, exiliado por sus padres para salvarlo de la destrucción de su planeta, llega a la Tierra y adquiere poderes sobrehumanos gracias a la energía del sol. Sin embargo, el verdadero nacimiento de “Kal-El” –su nombre kriptonianio- ocurrió en la década de los 30 en las mentes de dos adolescentes de Cleveland, Ohio.

Jerry Siegel y Joe Shuster se conocieron en 1931 mientras cursaban la escuela superior. Jerry escribía para el diario escolar y Joe ilustraba sus escritos. Ambos eran hijos de inmigrantes judíos (las influencias judeocristianas, particularmente la historia de Moisés, son evidentes en el origen de Superman) y fanáticos de los cuentos de aventuras, ciencia ficción y –por supuesto- los cómics. En 1933 crean a Superman y su álter ego, el reportero Clark Kent, pero no logran popularizarlo por cuenta propia.

Es en 1938 cuando Siegel y Shuster venden los derechos del personaje a DC Comics, compañía que debuta al personaje en la primera edición de Action Comics, convirtiéndose así en el primer superhéroe de los cómics. Un año después, el superhéroe expande su alcance a las historietas de los periódicos, ampliando su fama exponencialmente a través de Estados Unidos, por lo que DC procede a dedicarle su propio cómic.

“It’s a bird… it’s a plane… it’s Superman!”

Las aventuras de Superman tomaron las ondas radiales en 1940. Fue en el “teatro de la mente” donde se introdujeron varios de los rasgos más reconocibles del personaje: adquirió la habilidad de volar (originalmente solo saltaba muy alto),  el diario Daily Star para el que Kent trabaja se convirtió en el Daily Planet, el fotógrafo Jimmy Olsen se convirtió en un amigo y aliado del superhéroe y por primera vez se mencionó la kriptonita como la única sustancia capaz de derrotar a Superman.

Un año después, en 1941, Superman se convierte en estrella de cine a través de 17 cortos animados de Max Fleischer. En el 48 regresa a la pantalla grande en una serie de cortos, protagonizados por Kirk Alyn, y en los que apareció por primera vez el personaje Luthor, no Lex Luthor, como se conocería más adelante, pero sí como el científico loco que desde entonces sería reconocido como el archienemigo de Superman.

En 1951 Superman tuvo su primer largometraje: Superman and the Mole Men, protagonizada por George Reeves. La película fue un éxito taquillero y propulsó la serie de televisión Adventures of Superman (1952) con Reeves encarnando al hombre de acero. El programa duró hasta el 59, cuando Reeves se suicidó de un disparo a los 45 años, supuestamente, a raíz de frustraciones profesionales. 

Renacimiento cinematográfico

La muerte de Kennedy en el 63, los años de lucha social y racial en Estados Unidos y el conflicto de Vietnam que se extendió hasta los 70, hicieron a Superman -y a los superhéroes en general- irrelevantes. La venta de los cómics descendió marcadamente durante esos años, con la serie animada Super Friends (1973-1986) sirviendo como el escenario más popular para el personaje y sus compañeros de DC Comics más allá de los paneles de las historietas.

Sería gracias a un productor de cine ruso-mexicano, Ilya Salkind, que Superman volvería a alzar vuelo en la conciencia popular.En 1973, Salkind y su padre, Alexander, iniciaron la preproducción de un blockbuster protagonizado por el último hijo de Krypton. El dúo aseguró un presupuesto de $40 millones y contrató al autor de The Godfather, Mario Puzo, para redactar el guión.

Pocos años después, el director Richard Donner trajo a Tom Mankiewicz para pulir el libreto y a Gene Hackman y Marlon Brando para encarnar a Lex Luthor y el padre de Superman, respectivamente, elevando el pedigrí de la cinta. Un actor desconocido, de nombre Chrsitopher Reeve, interpretó al hombre de acero y el resto es historia. En 1978, Superman: The Movie estrenó en las salas de cine y le hizo creer a los espectadores que un hombre podía volar. La película se convirtió en un monumental triunfo en la taquilla que ninguna de sus tres secuelas pudo igualar en calidad en la década de los 80.

Hitos y reinvenciones

La figura de Superman atravesó varios momentos importantes tanto en la década del 90 como en la pasada. En los cómics finalmente le reveló su identidad a Lois Lane y le propuso matrimonio. Sin embargo, antes de casarse, murió a manos del monstruoso Doomsday en 1993 en un evento que marcó a los cómics… aunque no por mucho tiempo, ya que lo revivieron pocos meses después. Finalmente, tres años más tarde, se casó con la intrépida reportera del Daily Planet.

Este lado romanticón de Kal-El también se reflejó en la televisión en la serie Lois & Clark: The New Adventres of Superman, protagonizada por Dean Cain y Teri Hatcher como la pareja titular. El programa se concentró más en el romance entre Clark Kent y Lois que en las hazañas del superhéroe, y se mantuvo al aire entre 1993 y 1997.

En el 1996, Superman regresó a la animación en la serie Superman: The Animated Series, que gozó de mucha popularidad en la cadena WB durante sus transmisiones sabatinas. 

Pero el mayor éxito del último hijo de Krypton en la pantalla chica llegó cinco años después, en el 2001, con el estreno de la serie Smallville, en la que Tom Walling interpretó a Superman durante sus años en la escuela superior. El programa fue sumamente popular y contó con varias temporadas hasta su conclusión en el 2011.

Los intérpretes de “Superman” deben lucir serios a tono con el carácter de este superhéroe.