La nueva propuesta de Gus Van Sant (Good Will Hunting) es más un despliegue de talento actoral que de sus sensibilidades como director, pero es esta misma cualidad lo que podría cargarla hasta los Oscar.

Una buena actuación puede ser suficiente para elevar una historia poco especial, pero pocos proyectos pueden alardear de contar con dos actuaciones equitativamente impresionantes. Este es el mayor logro de Don’t Worry, He Won’t Get Far on Foot. El drama es también un fuerte candidato para colarse en la carrera por el Oscar gracias a una convincente actuación de Joaquin Phoenix como “John Callahan”, un alcohólico que queda paralizado tras un accidente automovilístico y que descubre un escondido talento y pasión por el dibujo de caricaturas satíricas. 

La cinta, que estrena hoy en los cines de Fine Arts, está basada en el libro de Callahan, un personaje reconocido en la ciudad de Portland, Oregon, que inspiró en el director Gus Van Sant un deseo de contar su historia en el cine. La cinta sigue su vida, desde antes del accidente, y explora a fondo algunas de las personas que fueron influencia antes y después de la tragedia. 

Biografía, tragedia y adicción son, entre otros, ingredientes para cocinar la más predecible de las películas de este tipo. Sin embargo, los primeros minutos de la película prometen que, en el peor de los casos, Phoenix se echará encima la carga con una de las más retantes actuaciones de su carrera. 

De otro lado, Jonah Hill destaca con otra sutil, pero potente actuación como “Donnie”, el padrino o sponsor de Callahan dentro del programa de Alcohólicos Anónimos. Hill, luciendo su nueva figura esbelta y una larga cabellera rubia, es una especie de gurú que introduce a Callahan a la espiritualidad. 

También es una de las más honestas interpretaciones de un hombre homosexual en años recientes. Cuando la información llega, el personaje ya ha quedado establecido como uno de los más trascendentales dentro del grupo de amigos y conocidos de Callahan. 

Cuando llega a su punto culminante, son las actuaciones y la elusión de clichés los aciertos que elevan a Don’t Worry, He Won’t Get Too Far a ser una temprana contendiente por el Oscar, aunque sea en las categorías de actuación.