Hazaña de prédicas

Durante 30 días, Héctor Delgado llevó la palabra del Señor a, por lo menos, 28 residenciales, desde Llorens Torres hasta Jardines de Selles.

En un principio, nos pareció que esta iniciativa sería cuesta arriba, pero como él mismo dice: “Lo logramos. Para el Señor, no hay nada imposible. La lluvia no nos paró. A veces pensaba que me iba a fallar la voz, pero nada de eso ocurrió. En mi recorrido, lo más que vi son tanto jóvenes como adultos, padres y madres que, por la situación que sea, están considerando el suicidio. Es muy preocupante”.

Contó, además, que una noche hizo un llamado a alguien que estuviera pensando en quitarse la vida, pues el Señor le dijo que eso pasaba, y llegó una muchacha con su mamá llorando. “Ella había entrado al cuarto y su progenitora quería quitarse  la vida. Llegaron, oramos y ahora están en la iglesia. Yo invito a pastores a que me acompañen en las actividades de oración. Yo no tengo iglesia,  pero los que se convierten los apoyamos y ayudamos para que  entren a la iglesia y cambien sus vidas. Hay mucha necesidad de escuchar la palabra del Señor allá afuera. Más de 1,500 personas se convirtieron y sus vidas están cambiando, y eso es un gran logro para ellos y la gloria para el Señor”, narró.

“En Brisas del Turabo  ocurrió un suicidio y, al igual que en Las Margaritas, la situación del suicidio necesita más atención por parte de las autoridades. La presión que tiene mucha gente ya no la aguanta. Hay distintas presiones, pero la  que más hemos escuchado es la inseguridad en que viven y nadie los ayuda. Por eso, escuchan nuestra palabra y buscan de Dios”, admitió.

¿Cómo te sientes ahora que no estás de party en party?

Al principio ni tú ni nadie creía en mi cambio. Yo tampoco me lo creí, pero en esta campaña vi gente llorando y diciendo que necesita ayuda, y di muchos consejos que me dicta el Señor. Yo evangelizo, no pastoreo una iglesia. La gente ahora, cuando les hablo, saben que es de corazón. Algunos de mis ex compañeros, como Wisin, Daddy Yankee y Farruko, han hablado conmigo y saben que mi cambio es real. Algunos de ellos han ido a escucharme y me siento feliz que a ellos también les llegue la palabra.

La gira de Héctor continúa en Pensilvania, Houston, Colombia  y Honduras, lugares donde antes, junto con Tito “el Bambino”, llenaba los estadios.