El escritor colombiano Gabriel García Márquez no necesitó visitar Puerto Rico para calar profundamente entre los puertorriqueños. Su palabra, su literatura, su periodismo, fueron la presencia más poderosa de este autor, quien falleció el pasado 17 de abril, a los 87 años, en la Ciudad de México. 

Este miércoles el secretario de Estado de Puerto Rico, David Bernier, rindió un homenaje al escritor en el salón Ramón Power y Giralt del Departamento de Estado, ubicado en el Viejo San Juan, donde reconoció su vida, obra y legado en una sencilla actividad a la que asistió un grupo de escritores puertorriqueños, entre ellos Magali García Ramis, Néstor Barreto, Juan López Bauzá, Héctor Feliciano, Yolanda Izquierdo, Carlos Pabón y Francisco Font.

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En el evento se ubicó una mesa con una fotografía del autor, en la que aparecía sonriendo ampliamente. No faltaron varios de sus libros, así como flores amarillas, color símbolo de su obra y de su vida.

Cinco estudiantes de la escuela José Julián Acosta, de San Juan, leyeron fragmentos de algunas de las obras más célebres de García Márquez, como Cien años de soledad, Crónica de una muerte anunciada y La hojarasca, mostrando que la mejor manera de recordar a uno de los autores más importantes del llamado "boom" de la novela hispanoamericana, es precisamente leyéndolo.

Celebrar a Gabo -como le conocían al autor- a través de sus escritos literarios y periodísticos es la mejor forma de honrarlo, coincidieron los escritores puertorriqueños García Ramis y Feliciano, quien editó el último libro del autor, Gabo periodista, antología de textos periodísticos que publicó en 2012 la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).

"Me parece que es importante recordar que no podemos ahora meterlo en un mausoleo, de que la lectura de él tiene que ser tan inmediata como fue con él en vida y, realmente, como leyeron las alumnas de la escuela, es importante seguirlo leyéndolo así, seguir recordándolo así", dijo Feliciano sobre el escritor con quien laboró por los últimos 12 años y a quien llegó a llamar amigo.

El autor puertorriqueño y maestro del FNPI, dijo que en varias ocasiones invitó a García Márquez a Puerto Rico, pero que el autor prefirió no venir porque le huía a la fama.

"Me decía: 'Mira, yo sé lo que va a pasar en Puerto Rico tan pronto llegue y me baje del avión, no me van a dejar solo y la gente se va a parar en la carretera y me van a querer hablar y ya yo estoy muy mayor para eso'. Y fue una pena, pero nada, creo que debemos seguir recordándolo y leyéndolo con la inmediatez de siempre", agregó Feliciano. 

García Ramis, por su parte, celebró la "gabomanía" que se ha generado en las redes sociales a raíz de la muerte del autor y bromeó con los títulos y frases que han atribuido erróneamente al escritor y periodista colombiano.

"Que bueno que hasta ya es leyenda y le han puesto títulos de libros que nunca escribió y le están poniendo frases que parecen de Paulo Coelho, es verdad, no son de él, pero qué bueno que es por alguien como él que estamos celebrando", destacó la autora.

En la actividad, el secretario de Estado, hizo entrega de una proclama conmemorativa al cónsul de Colombia en Puerto Rico, Alejandro Cobo Sinisterra, quien agradeció al pueblo puertorriqueño por el homenaje a García Márquez.

"Realmente nos emociona ver de manera evidente que un escritor como García Márquez, todos los latinoamericanos lo sientan como propio. Queda claro cuál fue su legado y su mensaje, de interacción, de amor y entendimiento entre los pueblos. El hecho de que a una persona la sientan propia todos aquellos que son coterráneos, pero también todos los que no lo son, ciertamente demuestra que supo interpretar en su forma de escribir, en sus obras, el sentir de la vida y la esencia de ser, no solo colombiano, sino definitivamente latinoamericano", puntualizó Cobo Sinisterra.

Bernier, quien dijo que leer a García Márquez le ayudó a ubicar la realidad puertorriqueña en el contexto latinoamericano, destacó que durante toda esta semana habrá un el libro de condolencias en el Departamento de Estado, para que los y las puertorriqueñas tengan la oportunidad de escribir un mensaje en honor al escritor colombiano, que seguirá presente donde siempre estuvo: en las palabras.