Por difíciles que sean los tiempos y seria que sea la tragedia, siempre hay espacio para la música.

Compositores, cantantes y músicos no dejan de crear ni de utilizar su arte para animar el País o utilizar su talento en beneficio de los más necesitados. Hoy lo vemos más palpable luego del huracán María. 

A través de las redes sociales se han hecho sentir los artistas. La música ha servido de aliciente y ha despertado el sentimiento de responsabilidad, nostalgia y esperanza de que “vamos pa’lante”.

Canciones nuevas inspiradas más en la recuperación que en la tragedia. Canciones tradicionales que evocan el esplendor de la Isla. Imágenes combinadas con la música logran emocionar e inspirar tanto al que ayuda como al que la necesita.

Artistas nuestros y de otros países, que sienten como nosotros el dolor de la tragedia, han utilizado sus conciertos para divulgar el nivel de la emergencia y exhortar a su público a que nos ayude.

Superestrellas, artistas reconocidos, principiantes, de todos los géneros, han puesto su repertorio en función del momento. A todos nosotros los puertorriqueños y los residentes en la Isla del Encanto le agradecemos su iniciativa y solidaridad.

El buen humor musical tampoco se ha quedado atrás por nuestro carácter y nuestra buena costumbre de ponerle “al mal tiempo buena cara”, y lo que es más dramático aún es el sentimiento de que tenemos vida y que ese es nuestro mejor recurso para levantarnos y superar esta tan difícil prueba.

Nuestro historial musical y nuestra sensibilidad natural aflora en estos momentos. Quien puede componer, compone, el que puede cantar, canta, quien puede tocar un instrumento toca con su país y la situación de este en su corazón.

No hay duda de la capacidad de los puertorriqueños y de los residentes de la Isla para recuperarse, y la música acompaña esa capacidad sirviendo de banda sonora.

Seguro estoy de que también habrá mucha música el día que podamos celebrar que nuestra Isla y sus habitantes estamos de pie y gozando del brillo que el huracán nos arrebató.

Así somos, así es siempre y ahí está la música... en las buenas y en las malas.

¡Camínalo!