Kim Kardashian fue acusada de racismo debido a unas imágenes que subió en su red social Instagram, donde luce un tono de piel más obscuro de lo habitual para promocionar sus nuevos productor de maquillaje.

Las fotos hicieron que los usuarios de la red social argumentaran que estaba realizando algo conocido como "blackface". 

El "blackface" es el uso de maquillaje para aparentar una piel más obscura. Generalmente se usaba en obras de teatro para personificar a personas morenas. 

Para muchas personas afroamericanas esta técnica es un símbolo de racismo y discriminación. 

No obstante, la socialité declaró a The New York Times que no era su intención ofender a nadie y añadió que al momento de tomar las fotografías se encontraba totalmente bronceada.