El actor y transformista Álex Soto quería que cremaran su cuerpo e incluso que parte de sus cenizas se dispersaran por los centros nocturnos, donde había llevado su arte, y el resto reposara junto con sus fenecidos padres.

Así lo aseguró su amigo Robert Díaz, quien lo maquilló para un sinnúmero de presentaciones. Soto murió anoche, cerca de las 8:45 de la noche, de un infarto en un centro hospitalario de Springfield, en Massachusetts. Tenía 49 años.

En el momento de su fallecimiento, el intérprete de “Tomasa” se encontraba solo en su habitación, pues sus acompañantes estaban haciendo los trámites para su mudanza a un apartamento con las comodidades que necesitaba para desplazarse en su silla de ruedas, confirmó Díaz.  

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“El que conoce a Álex sabe que era un hijo… y de su humor negro. Él me dijo que quería que lo quemaran y lo regaran por las discotecas y lo enterraran con su mami y papi. Quería un party de celebración y estar juntos con sus papás, que creo que están en el cementerio municipal de San Juan”, mencionó Díaz, quien estaba muy afectado por la muerte de quien llevó alegría a la audiencia puertorriqueña.

En el instante de esta entrevista, Díaz explicó que no había una decisión final de la familia en torno a las cenizas de Soto. Señaló que su hermana, Magaly Soto, estaba considerando que las cenizas permanecieran en Springfield.

“Estoy esperando porque aún estamos en negación. Ella aún no sabe si traerlo a (Puerto Rico). Le estoy dando un espacio. Hoy, ella va para la morgue y quiero que lo internalice. He recibido muchas llamadas y me gustaría hacerle el tributo que se merece aquí. Que todos podamos darle una despedida como se merece y el público se despida de él”, expresó.

“En lo personal más que nada me gustaría que todos pasáramos por una urna y le diéramos el último adiós y que la gente se vaya con una sonrisa porque él siempre quería ver reír a la gente”, añadió.

Díaz instó al público a recordar a Soto como una persona alegre. “Quiero que recuerden su sonrisa y alegría constante que él siempre tenía incluso en momentos difíciles. Siempre sacaba su humor. Ya sea en el teatro o en la televisión, él quería hacer reír, aunque estuviera desecho por dentro. Quiero que recuerden su picardía, su profesionalismo y el respeto que él le tenía al público y al escenario. Por eso, es importante insistir en el tributo. Lloramos su pérdida material, pero nos quedamos con su alegría”, señaló.

En marzo pasado, el excompañero de Soto, Alexis Calo, informó a este diario que el artista estaba en pleno proceso de recuperación después que le amputaron su pie izquierdo y parte de su pierna. En ese momento, el transformista estaba recibiendo terapias ocupacionales en Springfield, en Massachusetts, donde tuvo que ser operado tras los médicos detectar una infección en su pie.

Antes de esta operación, al artista le amputaron su pie derecho y parte de su pierna –justamente un poco más abajo de la rodilla– para atajar una infección en el hueso. La operación fue en verano de 2012. El año pasado, en una entrevista con Primera Hora, el actor todavía estaba batallando con un proceso para bajar de peso, lo que le permitiría usar la prótesis con más comodidad, y, luego, se realizaría una cirugía bariátrica.

Cuenta sigue abierta

La presidenta del colegio de Actores de Puerto Rico, Anamín Santiago, indicó que la cuenta de recaudación de fondos a través de la página Go Fund Me (http://www.gofundme.com/unidosporalex) continúa activa con el fin de ayudar a la familia con los gastos.

“Dentro del gran dolor, ellos han visto una luz con la campaña de recaudación. La cuenta no cerrará para ver si se ayuda a completar el proceso con el cuerpo”, mencionó al destacar la labor de Soto como educador y propulsor de un teatro que promueve el sentido social, como sucedió con la pieza “Vidas de herejes”, del director Héctor Méndez.