Orocovis.- Con una asistencia de entre 15,000 y 20,000 personas hoy finaliza en este pueblo la novena edición del Festival de la Longaniza, evento que ofrece una impresionante gama de manifestaciones culturales además de las gastronómicas.

En los predios del Coliseo Jesús M. “Tito” Colón, sede del evento que en sus últimas ediciones ha tenido hasta machinas, se escucha música de diversos géneros que alcanza a escucharse a millas de distancia. Es una especie de fiesta patronal, en la parte exterior del centro deportivo. 

Sin embargo, en el interior del coliseo algo distinto pasa. Como si se estuviera en una burbuja, de repente la realidad conocida deja de serlo y a penas se escuchan murmullos. Las carpas y los kioscos desaparecen y lo que se ve son atriles, obras de arte expuestas y artistas pintando, con o sin modelos.

Este año, entre las piezas de la Sexta Colectiva de Pintores que hace la misma cantidad de años se sumó al Festival de la Longaniza, hay una muy particular que llama la atención de toda persona que rodea el tabloncillo para detenerse a contemplar las obras. Es tan particular, que se convirtió en la nota festiva de Fernando Rosario Trinidad, un niño de 11 años que reconoció haber llegado “medio obligado” desde Caguas junto a su familia.

“¡Qué brutal!”, fue su reacción al entrar a la burbuja.

“¡Increíble!”, su forma de describir lo logrado por el pintor orocoveño Bolívar Torres.

Fernando aprecia el arte pues disfruta de practicarlo de vez en cuando, pero lo que más le sorprendió fue ver el retrato de la estrella nacional, Mónica Puig, con su raqueta, su medalla olímpica dorada, la bandera de Puerto Rico y frente al mapa de su país, Puerto Rico.

Más llamativo aún fue para Primera Hora descubrir minutos más tarde al conversar con Torres, que su talento es pura obra de la Naturaleza.

“Soy autodidacta, soy costumbrista y lo más realista posible”, así se describió el artista, que dijo descubrió su talento desde la temprana infancia.

Sobre su obra de la tenista Mónica Puig, primer oro olímpico en la historia de Puerto Rico y primera tenista latinoamericana con oro olímpico en individual, dijo que le tomó cerca de una semana completarla, aun cuando el tiempo promedio que le toma una pieza regularmente es de un mes.

“Fue el interés y la emoción”, reconoce satisfecho.

¿Qué usted siente cuando ve a la gente parar automáticamente ahí, frente a la pieza?, preguntó PrimeraHora.com.

“Yo le digo que se fotografíen. Se supone que aquí no se fotografíe, pero yo les digo ¡sáquense su retrato ahí!”, responde Torres, quien admitió soñar con que algún día su obra y su musa se encuentren.