La conejita Playboy neozelandesa Jaylene Cook sigue en el ojo del huracán luego de haber sido duramente criticada en su país tras fotografiarse desnuda en un cerro sagrado de la cultura maorí. Esta vez, la joven de 25 años no necesitó sacarse la ropa para continuar con la polémica y solo le bastó con asegurar que los maoríes no son un pueblo originario. 

La modelo se hizo ampliamente conocida luego de que a principios de marzo publicara en su cuenta de Instagram unas imágenes donde aparece vistiendo solo una bufanda, guantes y zapatillas en el monte Taranaki, considerado uno de los lugares más sagrados para esa etnia de la polinesia.

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Lejos de disculparse, la chica de la revista para adultos aseguró que las imágenes, tomadas por su novio fotógrafo Josh Shaw, no tenían la intención de ofender a algún grupo determinado y añadió que se habían hecho con mucho respeto.

Cook posó desnuda en el Monte Taranki, en Nueva Zelanda, hace unos meses. (Instagram)
Cook posó desnuda en el Monte Taranki, en Nueva Zelanda, hace unos meses. (Instagram)

No obstante, la discusión no se detuvo ahí y continuó en las redes sociales donde un representante de la cultura maorí, identificado como @maorimermaid, le preguntó en Instagram si haría lo mismo en una iglesia o en un monumento de guerra, o solo le gustaba faltarle el respeto a los sitios sagrados indígenas.

La respuesta de la joven no se hizo esperar y causó quizá más molestia que las mismas fotos, ya que tras fustigar a su interlocutor lo acusó de ignorante, ya que -aseguró- "los maoríes no son indígenas". Cabe recordar que ese pueblo polinésico se instaló en el territorio de Nueva Zelanda unos 500 años antes de la colonización británica. 

Como era de esperar, la afirmación de Cook generó una ola de críticas en las redes sociales.

En una entrevista con una radio local, Cook trató de explicar que las fotografías de la discordia no tenían la intención de ofender a los maoríes. Agregó que junto a su novio y fotógrafo, llegaron hasta ese lugar luego de más de seis horas de caminata y no había nada que indicara que era un monte sagrado.

"Yo respeto los puntos de vista y las opiniones de todos, y lamento que las personas sintieran que estaba cometiendo una falta de respeto con las fotografías. Nunca fue nuestra intención", dijo.

Asimismo, añadió que pese a las críticas recibidas, había recibido un abrumador apoyo de los maoríes locales.