A ti, ¿cuál te parece la nariz perfecta?

El estándar va más allá de la de alguna modelo de revista o una celebridad. Dependerá de varios factores, entre los que se incluye la proporción del rostro.

Pero el anhelo de algunos por lograr unas facciones más finas puede llevarlos a ilusionarse con tener la misma forma de nariz de algún famoso.

“La nariz de Sofía Vergara es una de las que más me piden cuando se trata de pacientes que llevan recortes de revistas con artistas”, responde el Dr. Luis Rodríguez Terry, cirujano plástico diplomado por la American Board of Plastic Surgeons. Y añade que otra de las favoritas en este sentido es la de Angelina Jolie.

Los varones no suelen tener en mente a un artista famoso. Más bien, casi siempre llevan recortes “de modelos de revistas, con un look más mediterráneo, más italiano”, menciona el doctor.

Pero esta meta no siempre puede cumplirse, al menos no si se quiere realizar un trabajo realista y acorde con el que corresponde a su rostro, que no siempre será ovalado como el de Sofía Vergara o cuadrado como el Angelina Jolie.

Pero esta consideración no siempre tuvo la misma relevancia para muchos candidatos a rinoplastia en décadas pasadas, cuando algunos pensaban que una nariz perfilada era la ideal.

Hoy día esa mentalidad ha cambiado. Ahora se busca una nariz más “real”. Y eso dependerá de cada persona. “No es tener una nariz pequeña, sino que tenga buena forma, que tenga buenas proporciones y que haya un balance con el resto de su cara”, especifica el cirujano plástico.

Recordando a los griegos

Al repasar la historia, el doctor explica que, “tradicionalmente, el ideal era una nariz europea, con unas proporciones y unas formas que se veían en los países caucásicos europeos. Si vemos, por ejemplo, las esculturas griegas, ellos usaban unas proporciones idealizadas, que algunos las considerarían atractivas. No es que todas las narices de los griegos fueran así, pero ellos idealizaban a los humanos en sus esculturas”.

Pero la realidad actual es diferente. “Eso ha cambiado en la medida que el mundo se ha internacionalizado porque el estándar de belleza ya no es el clásico de la mujer blanca con facciones o características europeas. Ahora se aprecian las negras, las asiáticas, las del Medio Oriente; ahora se ven unos estándares diferentes”, aclara. Y confiesa que en su práctica se da con frecuencia que “a cada rato le doy mi opinión personal (al paciente) de que el cambio que busca es tan pequeño, que no vale la pena (la cirugía)”, o que “es una persona que tiene una cara muy atractiva y con lo que busca no va a hacer una diferencia significativa”.

Desde los doce

El doctor explica que, en la población femenina, la rinoplastia se puede realizar desde que la paciente tiene 12 años de edad, “sobre todo si la cara de la niña está desarrollada y terminó su crecimiento facial”, aunque lo usual es que lo hagan a los 15. “En los varones, hay que esperar, usualmente hasta los 17 o 18 años, porque el crecimiento del rostro continúa hasta esa edad”, contrario a la mujer, que “se desarrolla y madura antes que los varones”.

Qué piden ellos

“Los hombres no se interesan es una nariz perfilada”, señala enfático el cirujano plástico. “Lo que buscan es una nariz de buenas proporciones, pero varonil, no muy angulada ni muy pequeña porque al ser muy pequeña se ve muy femenina”.

Por otro lado, el cirujano plástico puntualiza que la rinoplastia es “una cirugía en la que se trata de conseguir el resultado más perfecto desde la primera intervención”. Con esto en mente, además de procurar complacer al cliente en la mayor medida posible y realista, se intenta evitar la necesidad de los retoques, ya que estos “son mucho más complejos porque estamos trabajando con unas estructuras que están debajo de la piel que son bien pequeñas, bien delicadas, y una vez hay cicatriz porque está intervenida, es mucho más difícil de trabajar”.