El primero retrata al “barrio” con figuras reconocidas del género del reguetón. El otro exalta el orgullo patrio revelando detalles de lugares o de personajes puertorriqueños que han logrado “hacer la diferencia”.

Tanto la película “Talento de barrio”, producida por Daddy Yankee, como el libro “Boricuazo tu orgullo nacional”, escrito por Jesús Omar Rivera, El Boricuazo, han gozado de éxito desde que salieron al mercado.

La cinta del reguetonero logró llevar al cine a 96 mil personas en su primer fin de semana, recaudando en ese periodo un tercio de su presupuesto de 1 millón y medio de dólares, y sigue número uno en ventas, según la lista de Caribbean Cinemas. La segunda edición del libro de El Boricuazo ocupa la primera posición en las tiendas Borders desde que salió hace dos semanas, según indicó el gerente de las tiendas en Puerto Rico, Julio Reyes.

Las razones para la acogida de estos productos incluyen una serie de factores, que van desde el plan de mercadeo hasta el reconocimiento de las figuras que están detrás de su creación.

El profesor de sociología del recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico, Jorge Rodríguez, dijo que “sin lugar a dudas personas que son vistas como modelos, famosos o reconocidos socialmente, tienen un margen de credibilidad que no tienen otros sujetos a nivel social, haciendo que lo que expongan se crea más fácilmente”.

El orgullo patrio que estos dos productos reflejan, desde perspectivas diferentes ­una desde el barrio y la otra desde datos seudohistóricos­, también puede ser parte del porqué han sido abrazados por la audiencia.

Explica Félix Jiménez, escritor y profesor del programa graduado de Medios y Cultura Contemporánea de la Universidad del Sagrado Corazón, que aunque en principio podría ser descabellado buscar paralelismos entre la película de Daddy Yankee y el libro de El Boricuazo, no lo es porque ambos cuestionan hasta dónde puede llegar ese orgullo nacional.

“¿Cuán flexibles somos con el orgullo patrio? Una Virgen de Morovis y el niño que no pudo salir de Villa Kennedy, ¿hasta dónde cabe en esa gran bolsa de orgullo nacional todo esto? El Boricuazo ha contribuido mucho a la democratización de ese orgullo porque ahora todo cabe, al igual que pasa con el reguetón”, explicó Jiménez.

Agregó que en ambos casos lograr el orgullo es más importante que el vehículo, por tanto, no importa si es el libro o la película, lo importante es que ambos provoquen ese sentimiento que te “hinche el corazón”, como diría el propio Boricuazo.

“Vender el orgullo como lo hace Jesús Omar no es negativo, la pregunta es hasta dónde vamos forjando sábanas en la cual se pueda acostar cualquier detalle de la Isla que nos grite wepa”, cuestionó.

Sobre “Talento de barrio” el profesor explicó que es la primera producción boricua hecha en años que se filma desde el barrio y no desde otros círculos, como “Maldeamores”, “Cayo” o “El Clown”.

María Teresa Prévidi, profesora de cine de la Universidad del Sagrado Corazón, destacó que la película carece de cohesión, pero que cuenta con lo más importante: una figura reconocida.

“Daddy Yankee, sin duda, tiene su fanaticada y eso tiene un arrastre tremendo. Creo que también la película refleja la vida de los barrios y hay un público que se identifica con eso”, indicó.

El cineasta José Artemio Torres coincidió con Prévidi al indicar que “no me sorprende el éxito, al contrario, me hubiese sorprendido si hubiese sido lo contrario, ya que me parece obvia la popularidad del cantante”, dijo.

Torres recordó que la juventud es la población que más asiste al cine y que este tipo de película de figuras en la que también hay música es una fórmula que siempre provoca a los más jóvenes.

“¿Cómo se puede mejorar esa receta? No creo que se deba al mercadeo de la cinta ni a que retrate el barrio, porque eso viene después de verla. Hay unos géneros que ya son los favoritos de la juventud y el gansteril es uno", comentó.