Luego de que la prensa estadounidense expusiera una supuesta "pelea" entre el actor Bradley Cooper y su pareja, la modelo Irina Shayk, en la final de Wimbledon, cercanos a la pareja contaron lo que realmente ocurrió en el evento deportivo. 

Todo comenzó cuando las cámaras que televisaron el encuentro apuntaron a la pareja y mostraron a la rusa limpiándose unas lágrimas y al actor hablándole con un gesto que, aparentemente, mostraba molestia. 

Se dijeron muchas cosas para explicar el episodio, pero la mayoría de los rumores apuntaba a que la modelo estaba molesta porque el nominado al Oscar había conversado unos minutos con su ex, Suki Waterhouse.

Tras las especulaciones, cercanos a la pareja contaron al portal TMZ que la rusa se sentía mal porque padecía una alergia, pero posteriormente se mostró de mejor ánimo. 

Por otra parte, se explicó que Cooper no conversó con Waterhouse, sino que con el ex tenista Stefan Edberg, a quien las cámaras no enfocaron. 

A continuación el vídeo que inició los rumores: