La oportunidad de estar frente a las cámaras de televisión, y dirigirse al público que la sigue, es una de las dinámicas que más disfruta Glerysbet Pagán a través de sus intervenciones cada tarde en el programa televisivo Dando Candela (Telemundo).

Pero una vez termina sus funciones frente a las cámaras, y las luces se apagan, regresa a un mundo que adora con el alma: la vida hogareña con la familia de la que se siente tan orgullosa.

“Mi esposo, mi hijo y yo siempre estamos juntitos”, expresó risueña haciendo referencia a su pareja Froyd Rivera y al pequeño Landy Yadiel. “Esa es nuestra dinámica continúa, un entorno familiar lo más happy posible. Tratar de levantarnos con esa alegría, disfrutando cada segundo. Nosotros somos felices estando en la casa sin hacer nada”, añadió.

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“Yo decidí casarme tarde, a los 29 años. Paro a los 30, o sea que ya yo, como dicen en el campo, tú has brincado y saltado, has hecho de todo. Ahora mismo tú me vendes el party más brutal en cualquier sitio y yo prefiero estar en mi casa relax, viendo películas, los tres tirao’s felices, noche de popcorn. Somos felices así”, aseguró la también modelo.

Durante la interacción con la animadora en el Parque Toro Verde, en Orocovis, mientras realizaba uno de los retos, las referencias hacia su pequeño afloraban, con la típica emoción de una madre orgullosa. “En esto de ser atrevido mi hijo salió a mí. No le tiene miedo a nada”, reveló. “Deja que me vea haciendo esto. Yo sé que le va a gustar”, señalaba sobre la experiencia de realizar cerca de 20 desafíos de El Laberinto del Toro, a 40 pies de altura.

Y aclaró: “en realidad, tiene una muy buena combinación de los dos, porque a pesar de que es más atrevido, no se lanza de la primera. Yo en eso soy un poco arriesgada. Él no, él analiza el panorama, analiza las personas, entonces, luego ejecuta”, comparó.

El pequeño ya tiene 7 años y medio, pero todavía la irreverente animadora recuerda lo difícil que fue a nivel emocional cuando lo llevó a un cuido por primera vez. “Lo tuve que hacer por obligación, a los diez meses”, rememoró.

¿Lloraste?

“¡Ja! Mira, yo estuve un mes en que yo pasaba la mitad del día allí metida, como loca, viendo la dinámica. Fue fuerte para mí, el sentido de culpa, el cargo de conciencia, pero era necesario porque tenía que trabajar. Claro, era un trabajo con un horario que me lo permitía”.

Desde los primeros años del menor, se ha disfrutado integrarse en sus actividades escolares, “desde los maratones de lectura, hasta montar bailes para ellos para los eventos de Navidad”. Y analiza pensativa que “mi hijo es hijo único, somos conscientes de que tiene que estar compartiendo con sus amigos, y nosotros con los papás, hacemos ese vínculo tan necesario hoy día”.

Pero, ¿te gustaría tener otro hijo?

“Si fuera por mí, ¡hace rato! Yo me vislumbro con otro, claro, ‘love it’, me encantan los niños, me fascinan los niños. Lo anhelo, claro que sí”, aseguró. “Ahora la moda es parir después de los 40, así que todavía estoy en los 37, estamos por ahí (ríe), y con la medicina tan avanzada, no hay por qué no considerarlo”. A su vez, recordó que pasó nueve horas de parto, “pero se me fueron bien rápido. Si supieras que me dolió más haberme hecho los senos, que parir”.

Nueve años de unión y complicidad

Al hacer referencia a su esposo, sobran las anécdotas que resaltan su unión y el compromiso por mantener la llama del amor encendida. “¡Ya son ocho y medio! Nueve en total como pareja”, destacó risueña.

Entre las celebraciones más memorables, resalta la serenata del primer aniversario. “Su intención original era hacerlo para la boda. Yo no sabía nada. Incluso, donde mi esposo había seleccionado la habitación para la noche de bodas, por lo romántico, era en (el hotel) El Convento, donde fue la fiesta. Tenía su balconcito y todo bien romántico. Él lo había hecho con toda la intención de llevarme una serenata. Por alguna razón, no se pudo, así que lo tuvo bien al pendiente”.

Al año siguiente, “yo laboraba en radio, y él me dio la gran sorpresa en vivo, y me hizo llegar la serenata. Yo me iba a morir porque jamás, jamás lo pensé. Imagínate, tú laborando, y de repente hablando con la gente por la radio, y él ya lo tenía todo coordinado. Fue algo bien especial”.

Por otro lado, al reflexionar sobre uno de los factores claves para el éxito de una relación de pareja, entiende que es importante “que tanto tú como tu pareja ya hayan cumplido unas metas personales, que hayan disfrutado de la vida, de sus aventuras para formalizar y entrar en lo que es el compromiso de lo que es un matrimonio y una familia”.

También, tener presente “ese factor sorpresa, que siempre esté lo nuevo”.