Si el propósito era que hablaran, los muros ubicados en el área de Santurce han cumplido su cometido.

Quizás no ha sido de la mejor manera, pero ciertamente estas piezas de arte urbano pintadas por artistas nacionales e internacionales, como parte del evento artístico Los muros hablan, han provocado diversas discusiones.

La más reciente ocurrió ayer, martes, luego que varios de los murales amanecieran “vandalizados” con cruces, marcas blancas y mensajes religiosos. Hasta el momento, se desconoce quién o quiénes fueron los autores de dicho acto, pero las cámaras de seguridad de un local santurcino capturaron el momento en que un sujeto –el cual al cierre de esta edición no había sido identificado por las autoridades– daña con un rolo de pintura la obra de los artistas Juan Fernández y Alexis Díaz.

Relacionadas

Este mural, ubicado en la avenida Fernández Juncos, es el que muestra una imagen del luchador Carlitos Colón.

El artista puertorriqueño Celso González, uno de los organizadores del evento Los muros hablan, el cual se llevó a cabo en octubre pasado, lamentó ayer lo sucedido y pidió que si alguien tiene información sobre lo sucedido, lo informe a los que celebraron ese proyecto artístico.

González fue uno de los artistas afectados, ya que una de sus piezas, ubicada en la avenida De Diego, fue tachada con pintura negra. El artista narró que es la tercera vez que esa obra sufre daños.

“Todo esto empezó con un mural mío que estaba en la (avenida) De Diego, y que fue el primero que vandalizaron (hace como ocho meses). Pensé, en principio, que quizás era por el tema de la pieza, que hace un cuestionamiento existencial, pero después dañaron otro en Punta Las Marías, pasó lo de Maelo y ahora todo esto con el proyecto que organicé. No sé si tiene algo que ver o no... Estoy un poco en shock”, manifestó González, quien ayudó a restaurar el mural de Ismael Rivera, ubicado en Villa Palmeras, y que este fin de semana fue vandalizado y luego derribado.

“No sé si esto es algo personal contra mí, porque, casualmente, todos los murales que dañaron fueron los que formaron parte de Los muros hablan, que fue el evento que organicé. No sé lo que pudo haber provocado esto, pero ya hay varios locales que tienen cámaras de seguridad y vamos a ver si se puede identificar a alguien. No tengo idea de quién pudiera ser y quién está detrás de esto. Hasta el momento, todo lo que hay son especulaciones”, agregó.

El artista opinó que el individuo que estuvo a cargo del acto vandálico tiene que tener algún conocimiento sobre el arte urbano, ya que fue selectivo con las piezas al escoger aquellas de artistas internacionales, como fueron los murales del belga Roa, de los mexicanos Neuzz y Sego, y de la boricua Sofía Maldonado.

“La persona sabe lo que está haciendo, no es algo random”, expresó.

¿Fanatismo religioso?

González, a su vez, no descartó que algún grupo religioso esté detrás de este acto, ya que varios de los murales fueron dañados con cruces blancas y con mensajes que dicen: “La sangre de Cristo tiene poder” y “Dios tiene poder”.

“No sé qué pretenden con esto y no sé si es un acto de algún grupo religioso que ve estas piezas como un atentado contra algo, pero no me atrevo a decir porque no sé, estoy verificando con los vecinos”, indicó.

El artista, por otro lado, informó que presentó una querella ante la Policía de Puerto Rico, ya que uno de los murales afectado está ubicado en el local La Respuesta, que es propiedad privada. Indicó, además, que casi todos los murales están localizados en propiedades privadas y que la mayoría de las piezas se hicieron con permisos, incluido el del Municipio de San Juan, entidad que apoyó el evento.

En torno a la restauración de los siete murales afectados, González expresó que se evaluarán para ver cuáles son “salvables”.

La segunda edición de Los muros hablan está pautada para celebrarse en octubre en el área de Río Piedras.

Un arte de riesgo

Más allá del valor de las piezas de los artistas, este caso de los muros hablan abre nuevamente una serie de cuestionamientos en torno al arte urbano y la apropiación de los espacios públicos, por mencionar algunos.

La doctora María Teresa Martínez Díez, profesora de comunicación y cultura contemporánea y decana asociada de Estudios Graduados en la Universidad del Sagrado Corazón, comentó ayer a este diario que la “naturaleza” de hacer arte en espacios públicos siempre conlleva un factor de riesgo, como sucedió con los murales afectados.

“Es algo casi esperado y es la naturaleza de hacer arte en espacios públicos”, manifestó.

Martínez Díez opinó que el acto contra los muros puede considerarse vandálico porque esas obras afectadas pertenecen a una actividad legítima, contrario a lo que sucede con el graffiti, que se realiza en el marco de lo marginal.

“Me parece que las piezas que vandalizaron son de esa naturaleza y sí se puede hablar de vandalismo en el sentido de que hay alguien quien sin permiso escribió sobre una obra pública”, indicó.

La profesora apuntó que las marcas que se hicieron en las piezas tienen la misma finalidad que un graffiti, que es decir algo sobre un asunto en específico. También destacó la importancia de los espacios que fueron seleccionadas por los vándalos, como fue la Iguana del artista belga Roa, ubicado en la avenida Ponce de León, que considera un lugar privilegiado por su tamaño y ubicación.

“La pieza de la Iguana está en un lugar de privilegio, que es enorme, que está al lado del Centro de Bellas Artes de San Juan, y si hay alguna rencilla contigo o con algún grupo, ese lugar es un sitio seguro para ese acto”, puntualizó Martínez Díez.

Estos murales dañados se unen a la del fallecido cantante Ismael Rivera, que fue dañada parcialmente durante el fin de semana con pintura blanca.