El caricaturista y publicista Harold Jessurum fue reconocido la semana pasada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) por su tirilla cómica de Pepito, que desde hace siete años publica en el periódico Primera Hora.

“Primero que nada, para mí fue una sorpresa. Arturo Yépez, ex presidente de la Asociación de Caricaturistas, fue quien me notificó por correo electrónico. Fue un honor. Es una medalla prestigiosa. Yo no hago mis cosas para ganar premios, pero cuando recibí la noticia de alguien a quien admiro tanto, pues eso lo hizo especial”, dijo Jessurum.

“Es la primera vez que recibo una medalla por el trabajo que hago. Pepito también se ganó un Internatio- nal Latino Book Award”, anunció con júbilo el caricaturista. A medida que ha transcurrido el tiempo, la tirilla de Pepito ha ido cobrando más picardía, al punto de que algunos ya la consideran controversial.

“Pepito antes era más sano, no tocaba tantos temas sociales, y ahora los lectores lo piden. Pepito ha evolucionado. A mi esposa y a mis dos hijas les encanta la tirilla. Una de mis hijas tiene 16 años y la otra tiene 24 años. Ellas son mi filtro. Siempre les enseño la tirilla antes de que publique. Casi siempre me dicen que no la publique”, admitió entre risas el publicista, quien justificó el estilo controvertible de Pepito al considerarlo “la voz del pueblo (de Puerto Rico)”.

“Lo que pasa es que Pepito es la voz de la gente. Él dice lo que el pueblo quisiera expresar y ya el público espera que Pepito lo diga. Pepito se preocupa por la situación actual de nuestra isla y lo manifiesta de manera inocente. Esos cuatro cuadritos (de la tirilla) te llevan a una impresión de la realidad en que vivimos”, consideró.

“Quiero compartir el premio con el publicista Aníbal Quiñones, una persona que desde hace tiempo contribuye en la tirilla. Él me ayuda a escribir las tirillas”, reveló.

“Para nosotros, la caricatura es un instrumento para crear conciencia de pueblo. El reconocimiento de la Unesco valida nuestro compromiso con la cultura. No hacemos chistes por hacer chistes. Trabajamos el humor porque a través de él formamos una ideología de cambios”, expresó por su parte Aníbal Quiñones.