Como en esta vida no se pudo, el cantautor puertorriqueño José Feliciano tiene la esperanza que la muerte lo reencuentre con su padre para  poder  resolver algunos aspectos de su relación que siente que quedaron pendientes.

El músico recordó a su progenitor como un hombre muy estricto con el que solía tener marcadas diferencias de las que hoy asume la culpa.

“Mi relación con papi fue agridulce. Yo era un niño ignorante, que no entendía ciertas formas en las que él quería que  nosotros viviéramos,  y yo como era una persona de carácter fuerte,  siempre teníamos discusiones que eran un poco violentas. Yo trato de no acordarme de eso porque en el fondo el viejo era buena gente. Que yo no me entendía con él, pues no lo culpo a él, me culpo yo mismo”, reflexionó el cantante ciego de nacimiento, en entrevista con Primera Hora.

El intérprete de Para decir adiós rememoró que su progenitor no aprobó que él se marchara de su casa a los 18 años para emprender su vida de forma independiente. Todo lo que deseaba entonces, era mostrarle que podía valerse por sí mismo y que el ser ciego no era sinónimo de ser inútil.

“Todo el mundo creía que yo iba a ser el último (en dejar la casa) porque creían que porque yo era no vidente, iba a ser inútil toda la vida,  y yo no soy ni fui inútil nunca”, afirmó. 

Para probarle que estaba “por buen camino”, el artista, en 1967, grabó algunos boleros en Argentina, que se de inmediato se convirtieron en éxitos, y fue a su casa a dejarle una copia. Como él no estaba, la dejó con su mamá. Nunca supo cómo reaccionó su papá ante aquel trabajo.

“Mi padre era una persona que le decía a todo el mundo lo orgulloso que estaba de mí, pero nunca me lo dijo a mí”, manifestó.

A pesar de lo tirante que se volvió su relación, Feliciano reconoció en su papá a un hombre de corazón noble que a pesar de sus escasos recursos, siempre buscaba cómo ayudar a quien lo necesitara.

“Esa fue una de las cosas que él me enseñó a mí.  Estoy agradecido. Me da pena que él no está ahora para ver mis éxitos”, resaltó. Al mismo tiempo, destacó que a su papá le gustaba mucho la música, cualidad que compartían.

Por esa razón, el también compositor está seguro de que  el sábado 20 de junio, cuando se presente en el Centro de Bellas Artes, en el concierto One Night Only, dedicado a los padres, el hombre que le dio la vida estará  sentado en primera fila para  aplaudirlo.  

“Yo creo que él va a estar allí. No importa (que no esté vivo) porque  tengo una creencia de que cuando uno muere lo que muere es el cuerpo, pero esa energía se queda, y  creo que él estará allí, en la audiencia. Yo tengo planes: el día en que  muera,  quiero buscarlo allá arriba para hablar con él y excusarme, y  tratar de arreglar esa situación”, aseguró el vocalista.