Ha sido un año tumultuoso para Kanye West. Presentó un nuevo álbum tras meses de tortura y dos desfiles de moda plagados de cambios de último minuto. También peleó de nuevo con Taylor Swift, se lanzó en una ambiciosa gira de conciertos, tuvo un bebé y su esposa vivió un horroroso robo.

"Cuándo fue la última vez que no estaba apurado", pregunta West en la canción "Real Friends" de su nuevo álbum, "The Life of Pablo". En otro tema amonesta a sus amigos menos laboriosos: "Así que duermen mientras yo trabajo, ¿eh? ¿Descansaron bien?".

Una agenda implacable y una vida agitada bajo la luz de los reflectores junto a su esposa Kim Kardashian parecen haberle pasado factura al músico ganador de 21 premios Grammy. West fue trasladado al Centro Médico Ronald Reagan de la UCLA en Los Ángeles el lunes por la tarde por estrés y agotamiento.

"En los últimos 12 meses, probablemente nadie ha estado tanto en el candelero como Kanye y su esposa", dijo Bob Williams, director ejecutivo de Burns Entertainment & Sports Marketing , que se especializa en procura de celebridades y licencias musicales.

"No conozco a ninguna celebridad que haya sido más escudriñada que ellos", agregó. "Eso crea una presión tremenda desde afuera: expectativas por satisfacer, presión para responder. Toma tiempo. Toma esfuerzo".

En los días previos a su hospitalización, el comportamiento de West fue algo errático. El sábado en Sacramento, California, puso fin a su concierto luego de cuatro canciones y tras lanzar una diatriba de 10 minutos sobre Beyonce, Jay Z, Hillary Clinton, Mark Zuckerberg, la radio y MTV.

West también inundó su cuenta de Instagram con casi 100 fotos de moda, muchas fuera de foto y mal encuadradas. Entonces canceló el concierto del domingo en el área de Los Ángeles apenas horas antes de su hora de inicio y poco después decidió suspender la gira completa. El sello discográfico del rapero no ha respondido a solicitudes de comentarios.

Chuck Creekmur, fundador de AllHipHop.com, se ha reunido varias veces con West y, aunque no tiene información privilegiada sobre su estado psicológico, dijo que siente que la publicidad incansable y el estrés podrían ser demasiado.

"Las luces son brillantes y si se posan todo el tiempo sobre ti — aunado a tu propia búsqueda de inmortalidad y grandeza — sólo puedo imaginar que es como correr un maratón que nunca termina", dijo Creekmur.

Gran parte del 2016, West ha estado en los medios alardeando de su trabajo y de sus ideas como un maestro de ceremonias en un circo cultural sin fin y alimentado por su cualidad de perfeccionista.

"Esa mentalidad perfeccionista puede consumirte", dijo Creekmur. "Si andas en busca de la perfección, probablemente te vuelvas loco porque literalmente no existe tal cosa".

El año de West incluyó el lanzamiento de su línea de ropa Yeezy en un calor abrazador y largas esperas que provocaron los desmayos de algunas de las más de 100 modelos durante la Semana de la Moda de Nueva York en el otoño. También estuvo en "Ellen" con un discurso inconexo lleno de nombres importantes, ambición y "realidad".

Se quejó en Twitter de que tenía una deuda de 53 millones de dólares. Corrió a estar al lado de su conmocionada esposa luego que ésta fue atada y asaltada a punta de pistola en París, donde le robaron más de 10 millones de dólares en joyas. Y tuvo un colapso en "Saturday Night Live" cuando el personal desmontó el brillante escenario que él había solicitado.

Y quizás en el acto más sorprendente de sinergia y ambición, West se apropió del Madison Square Garden en febrero para presentar nuevas canciones de "The Life of Pablo" al mismo tiempo que su tercera colaboración con la marca de ropa Adidas. No sólo logró que asistieran 20.000 personas a un costo de hasta 500 dólares por boleto, también lo transmitió en vivo por Tidal y en salas de cine. No se descuidó el menor detalle: hubo una lista de 38 reglas que las modelos tenían que acatar, incluyendo que no actuaran "cool".

El álbum, que iba a llamarse "So Help Me God", luego "SWISH" y brevemente "WAVES", de hecho no iba a salir hasta abril. West había prometido que solo estaría disponible en Tidal pero luego cambió de parecer.

El sencillo "Famous" produjo fuertes discusiones por sus letras y video. En él, West rapea "siento que yo y Taylor todavía podríamos tener sexo" y se acredita el éxito de la cantante. Esto renovó su amarga enemistad (West es tristemente célebre por haberle arrancado el micrófono a Swift en los Premios MTV a los Videos Musicales de 2009). Y el video solo agregó leña al fuego. En el mismo, aparecen desnudos en una enorme cama West y actores que simulan ser Swift, Chris Brown, Rihanna, George W. Bush, Anna Wintour, Caitlyn Jenner, Bill Cosby y Donald Trump.

West también mencionó a Trump en los días previos a su hospitalización. El viernes, durante un concierto en San José, California, West dijo que no votó por el presidente electo pero que lo habría hecho, y elogió el "método de comunicación" de Trump como "muy futurista". Además habló de sus propios planes de lanzarse a la presidencia en el 2020 y dijo que él sería "un tipo de presidente diferente".

Williams, el experto en mercadotecnia, dijo que West parece tener su mejor momento cuando está al borde del filo. "Puede haber una línea muy fina entre ser controversial y demasiado controversial y pienso que Kanye ha cruzado esa línea algunas veces", dijo. "Ha sido un año muy largo y arduo".