París - La pareja formada por la estrella televisiva estadounidense Kim Kardashian y por el rapero Kanye West apura esta semana en París las horas previas a su boda, que los muchos rumores que han rodeado al enlace sitúan para mañana en Florencia (Italia).

Los novios deseaban celebrar sus nupcias en el Palacio de Versalles, pero ante la negativa de su presidenta, Catherine Pégard, a las demandas de la pareja, esta solo realizará hoy una visita privada, informó la cadena de televisión francesa TF1 en su web.

Además del antiguo palacio de la realeza francesa, según añadió la cadena de televisión estadounidense NBC, los prometidos y algunos de los invitados tienen previsto visitar también el castillo de Wideville, a 40 kilómetros al oeste de París.

Antes, West y Kardashian, que protagoniza junto al resto de su familia un "reality show", tienen en su agenda un almuerzo para alrededor de 50 personas en el castillo de Videville, en la localidad de Crespires y propiedad del diseñador italiano Valentino.

La pareja, que se casará mañana en Italia, lleva una semana de celebraciones previas en la capital gala, como se puede ver en la cuenta de Twitter de Kardashian, donde ha publicado fotos de sus visitas turísticas y de sus salidas nocturnas.

La diva ha compartido con sus seguidores imágenes de sus visitas a la torre Eiffel y a tiendas de lujo, así como cenas con sus amigas y sus hermanas, dejando constancia de sus últimos momentos como soltera.

Este matrimonio será el tercero para Kardashian, de 33 años, después de los que contrajo con el productor musical Damon Thomas y con el jugador de baloncesto Kris Humphries.


Según la revista estadounidense Life & Style Weekly, la pareja ya se casó de manera civil en California (EE.UU.) a principios de mayo y mañana será la segunda vez que se de el sí quiero, esta vez en sociedad.

Para la ceremonia, las estrellas han elegido la fortaleza de Forte Belvedere en Florencia, construida por los Medicis en el siglo XVI, y a la que acudirán 1,600 invitados, según la revista francesa Telestar, mientras que otros medios especializados en el corazón reducen esa cantidad a 200.

Los asistentes tendrán prohibido entrar con sus teléfonos móviles, que les serán requisados a la entrada para evitar que se filtren fotos que estropeen la exclusiva que la pareja ha vendido por cifras que la prensa rosa estima en $28.7 millones.