Quién se lo hubiera imaginado...

Tras la victoria de Portugal sobre Marruecos, la pareja de Cristiano Ronaldo, Georgina Rodríguez, salió del estadio de Luzhniki como una aficionada más y buscó una opción para retirarse del recinto moscovita.

Su primera alternativa: un taxi. Sin embargo, se negó a tomarlo, ya que, al parecer, era muy caro precio que le cobraban. Hay que recordar que el servicio de taxis en Moscú, y en esta época mundialista, le cobra un poco más a los extranjeros, pero resulta increíble que la novia del segundo deportista mejor pagado del mundo deba tomar un taxi y andar sola en la noche por las calles rusas.

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